¿Qué necesidad tenemos de llamarle Pilates?

Crónicas de un instructor

El otro día una cliente me comentó que tenía una amiga que quería invitarla al gimnasio porque estaba muy descontenta con unas clases de Pilates que había experimentado. Cuando llegó la señora estaba un poco desencantada con el tema de los gimnasios y especialmente con el Pilates. Después de una breve charla, enseñar las instalaciones y hablar sobre lo que hacemos, le pregunté porqué no le gustara el Pilates. Ella me explicó muy amablemente que había salido dolorida y con un importante malestar muscular. Le pregunté sobre que ejercicios le habían hecho, me los ejemplificó y entendí el porqué de su desengaño.

Y yo me pregunto, que necesidad hay de llamarle Pilates a lo que no se le parece ni por asomo. Le podemos llamar «Pilates dance chachachá» o lo que os de la gana, pero Pilates no es eso.

Cuando alguien quiera practicar Pilates debe saber lo siguiente:

  • Debemos valorar si existen cadenas musculares acortadas y cadenas musculares débiles y alargadas.
  • Debemos realizar un análisis postural con una serie de pruebas físicas para descartar y valorar adaptaciones del ejercicio
  • Análisis de composición corporal para recomendar ejercicio complementario
  • Un PAR-Q para descartar posibles patologías y poder adaptar mejor el ejercicio
  • Si es posible iniciar la práctica de Pilates en grupos reducidos o individuales para conocer los elementos básicos de pilates como la respiración y no acceder directamente a un grupo ya en funcionamiento

…estas son algunas acciones para una buena praxis del Pilates, al resto llamémosle otra cosa.

De todas maneras, un usuario debe saber que si un restaurante no nos gusta, no decidimos no volver a ningún restaurante, lo mismo debemos hacer con el Pilates, si no nos gusta la primera vez debemos probar en otro centro, por que lo que si es seguro es que el amigo Pilates no estaba equivocado con su método.

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