Todos hemos oído más de una vez “es que su metabolismo le permite comer de todo sin engordar”, “Desde que tuve a mi hijo no consigo adelgazar”, “yo no como tanto, pero mi cuerpo convierte todo en grasa”…
El cuerpo humano gasta energía continuamente, que debemos reponer mediante la ingesta de alimentos, pero lo complicado es llegar al balance correcto, aunque la explicación es sencilla; si se ingiere menos calorías de las que el cuerpo consume, se adelgaza; si el aporte calórico en la alimentación es igual al consumo calórico, el peso se mantiene; y si el ingesta calórica es superior al consumo de energía, se aumenta de peso.
El gasto metabólico depende en gran medida de la composición corporal de la persona y de su grado de actividad. Al hacer ejercicio aumenta el gasto energético, y si se realiza una actividad física con frecuencia y regularidad siguiendo un plan de entrenamiento, también influimos en nuestro metabolismo, aumentando el gasto energético del metabolismo basal; el metabolismo basal se refiere a las necesidades calóricas mínimas para mantener las funciones vitales del organismo en reposo, o sea, sin actividad física. Por eso las personas aunque coman poco si no hacen actividad física diaria son más propensas a sobrepasar las calorías diarias que necesitan, en cambio una persona que practique algún deporte con regularidad tendrá un gasto mayor diario energético y podrá ingerir más alimentos o permitirse algún que otro exceso de vez en cuando.
Por eso la importancia de la actividad física regular en nuestra vida, para tener un aspecto más saludable y sobre todo hoy en día que en muchos puestos de trabajo se está sentado, en ésta posición el cuerpo consume unas 0,3 kcal/min, en cambio caminar consume unas 2 ó 3 kcal/min, una clase de aerobic tiene un gasto aproximado de 300kcal
Fuente: WELLNESS PERSONAL