La llegada del invierno y el descenso de las temperaturas no supone un impedimento para seguir practicando ejercicio a todos los aficionados a la actividad física, tanto aquellos que entrenan bajo techo como los que lo hacen en el exterior.
Eso sí, con este cambio de estación y de condiciones climatológicas el cuerpo responde diferente, ya que al no haber una temperatura ambiente tan alta y generalmente con menos humedad, la sudoración es menor y percibimos que no perdemos tanta agua a través de la piel, pero eso no significa que no la perdamos a través de otros mecanismos, como puede ser la propia respiración o a través de la orina (acumulando el agua en la vejiga).
Según muchos estudios, una pérdida de hidratación de sólo un 2 por ciento, es decir, una situación de deshidratación leve, es suficiente para que nuestra capacidad de rendimiento baje y tenga consecuencias inmediatas en la atención, la memoria e incluso posteriormente en la concentración, el cansancio, la fatiga y la somnolencia, por no comentar las más graves como puede ser el delirio, el coma y hasta la muerte, en los casos más extremos.
Por este motivo se recomienda siempre anticiparnos a la sensación de sed para mantener así un correcto equilibrio hídrico.
En el caso de las cantidades que se recomiendan ingerir, estas varían en función del estilo de vida de cada uno. Por ejemplo, una persona muy activa, que entrene diariamente y tenga un consumo elevado de calorías necesitará más cantidad que otra persona que lleve un estilo de vida sedentario.
Como media, podemos establecer entre 2 y 2’5 litros diarios de agua, los cuales deben estar repartidos un 50% provenientes del agua contenida en los alimentos sólidos y el otro 50% provenientes de la ingesta directa de líquidos, que no tienen que ser estrictamente solo agua, ya que la podemos combinar con otras bebidas como los refrescos, que también hidratan ya que están compuestas en su mayor parte de agua. Además también pueden aportarnos otras ventajas en el día a día, como aportarnos azúcar o ayudarnos a estar más despiertos.
Sea como sea, todas las bebidas deben ser una constante compañía, de esta forma si tratamos de beber durante todo el día estaremos bien hidratados y nuestro rendimiento estará intacto.