Con la llegada del frío y, como comentaba en la entrada anterior, finalizada la temporada de triatlones, es habitual que uno se apague un poco y sea sumamente fácil entrar en un letargo que nos haga descender notablemente nuestras horas de entrenamiento. Para esta época del año no hay nada mejor que plantearse objetivos que nos permitan seguir «on fire» e incluso probar con otras actividades que las teníamos olvidadas.
En mi caso, este mismo miércoles he desenpolvado la bici de montaña, que la tenía aparcada desde hacía 5 años sin apenas prestarle atención, y con un buen grupo de amigos he rodado 2h30′ por los caminos montañosos de Begues y Gavá, volviendo a disfrutar como un enano sobre la burra y dejándome llevar sin obsesionarme con los ritmos, intensidades… Cuanto se agradece entrenar así… Sin duda, la bicicleta de montaña y yo nos vamos a llevar muy bien este invierno.
Pero no solo he disfrutado rodando sobre la BTT (Por cierto, es un tocho de casi 13kgs!!!. Conor WRC de hace unos 8-9 años!!! Cuadro de aluminio, suspensión delantera y todavía con frenos de zapata tipo Cantilever!!!), sino que también he vuelto a disfrutar dirigiendo los entrenamientos de los martes de los triatletas del i3Triathlon. Sin ir más lejos, esta semana hemos completado un buen entreno de natación (siendo de nuevo un grupo más o menos numeroso de 14 nadadores) y un cañero entreno posterior de carrera a pie, trabajando potencia y algo de pliometría en las escaleras del «Cubo» de la Plaza de las Palmeras, en Castelldefels. Es muy gratificante dirigir a un grupo y ver como se lo pasan pipa a la vez que se están machacando y entrenando con seriedad.
Para terminar, y como colofón final a esta gran semana (esperando que las próximas sean iguales o mejores aún…), el viernes nos vamos más de 50 corredores de Áccura a San Sebastián, a pasar el fin de semana y competir el domingo en la Behobia-SS. Será el 4º año consecutivo que viajamos hacia allí (en mi caso son 3 ya que la pasada edición no asistí). Ganas de pasarlo bien no nos faltan!