Con la llegada del verano el interés por perder peso aumenta. Muchas son las personas que quieren tirar por la vía rápida y cómoda. Un ejemplo de esto es el uso de diuréticos para perder peso. Antes de nada debemos destacar que este tipo de sustancias están muy bien para eliminar toxinas del organismo, pero para nada nos servirán para perder peso, ya que lo que hacen es eliminar líquidos, y en ningún caso grasas. Por ello en este post queremos ver algunos puntos a tener en cuenta sobre el riesgo del abuso de estas sustancias.
Los diuréticos durante un tiempo han estado muy de moda debido a sus supuestas propiedades milagrosas a la hora de perder peso. Es cierto que a la hora de pesarnos el peso disminuye, pero es todo líquido, pues con ellos solamente lo que hacemos es expulsar más líquidos del cuerpo de los normal. Es cierto que como depurativo puede servirnos, pero no es la mejor alternativa a la pérdida de peso, y mucho menos la más segura, ya que conlleva una serie de riesgos.
Como premisa debemos tener presente que los diuréticos no son quema grasas, y por lo tanto nunca acabarán con las grasas que nos sobran del organismo. Desde luego su uso está muy extendido en personas que buscan una rápida pérdida de peso sin llevar a cabo dieta ni ejercicio. Esto es todo un error, ya que al eliminar gran parte de los líquidos del organismo estamos poniendo en riesgo nuestra salud sin apenas darnos cuenta.
La pérdida de líquidos que fomenta este tipo de sustancias lo que no hace es que perdamos peso de manera real, sino que parece que estamos adelgazando porque estamos perdiendo líquidos que repondremos al volver a ingerirlos de manera normal y dejamos de tomar este tipo de diuréticos. Por ello no es un método infalible ni mucho menos, ya que en contra de lo que pensemos, este tipo de productos pone en riesgo nuestra salud.
Para comenzar debemos tener claro que la eliminación descontrolada de líquidos del organismo traerá consigo una falta de electrolitos que eliminamos a través de la orina. Esto podrá traer problemas a nuestros músculos y al funcionamiento de los mismos, traduciéndose en calambres y dolores. Pero no solo eso, sino que elriesgo de deshidratación es elevado, ya que los niveles de líquidos del organismo disminuyen tanto que es todo un riesgo innecesario.
El uso de diuréticos siempre debe estar supervisado por un médico que se lo recetará a personas que tienen problemas serios de tentación de líquidos. En cambio el uso de los diuréticos naturales no comporta problemas, ya que su efecto es mínimo, y simplemente nos ayudarán a mantener un organismo libre de toxinas, nunca a adelgazar. Para esto segundo ya sabemos que unos hábitos saludables y ejercicio son la baza segura y la más sana.
Fuente: Fisicoculturismo y Fitness