Remedios nutricionales contra el catarro

Con la bajada de las temperaturas, gran parte de la población sufre los estragos de los resfriados o la gripe. La mayoría acudimos a la farmacia para buscar esa pastilla que nos aliviará los molestos síntomas. Sin embargo, la alimentación, como suele ser habitual en todo lo referido a la salud, es una aliada indispensable para prevenir, proteger y calmar el catarro.

Lo primero que hemos de tener en cuenta es que la base de una dieta sana se encuentra en aquellos alimentos que nos ayudan a fortalecer nuestro organismo. «Siempre que tengas una buena alimentación, con productos frescos, verduras, frutas, pescados y carnes, tendrás mayor protección frente a las enfermedades», explica la Dra. Sánchez-Albornoz, especialista en Nutrición y Dietética de la clínica Instituto Médico, «especialmente la fruta por su aporte vitamínico».

Pero si ya somos víctimas de los virus invernales, la Dra. Sánchez-Albornoz recomienda «tener una alimentación sana y variada, rica en productos frescos, y tomar muchísimo líquido: zumos, caldos, infusiones y, por supuesto, agua». Además, «debemos eliminar las comidas duras y facilitar el tránsito digestivo».

Uno de los remedios ancestrales para calmar los síntomas es el consumo de caldos y sopas, fundamentalmente los que se elaboran con pollo. Un estudio científico de la Universidad de Nebraska (Estados Unidos) corrobora lo que ya muchas madres saben por tradición: el caldo de pollo tiene un beneficioso efecto anti-inflamatorio que contribuye a reducir la tos y la congestión nasal.

El poder de la vitamina C

No es casualidad que muchos de los fármacos considerados anticatarrales incluyan en su composición vitamina C. Conocida como uno de los grandes antioxidantes de los que disponemos en la alimentación, el también llamado ácido ascórbico favorece la regeneración de las células y es un protector natural ante las

agresiones externas. No es de extrañar, por tanto, que se recomiende vitamina C tanto para la prevención como en pleno proceso vírico, momento en el que nuestras defensas se encuentran en niveles muy bajos.

Los cítricos (naranjas, limones, clementinas, pomelos) son una fuente conocida de vitamina C, sin embargo, hemos de saber que frutas como las fresas, las grosellas o el kiwi y verduras como la coliflor o el pimiento verde proporcionan también importantísimas cantidades de ácido ascórbico al organismo.

Sin embargo, el cuerpo elimina este nutriente con rapidez, por lo que es importante cubrir las necesidades a diario. Además, es sensible a agentes externos como la temperatura o la luz, por eso hemos de consumir los vegetales y frutas lo más frescos posible y así garantizar un aporte adecuado.

Otros nutrientes beneficiosos

A la mencionada vitamina C, habría que añadir en nuestra lista de ‘antiresfriados’ otros dos importantes elementos antioxidantes: los betacarotenos y la vitamina E. Los alimentos ricos en ambos componentes fortalecen el sistema inmune y la regeneración celular. Las zanahorias, el perejil o las espinacas cocidas son buenas fuentes de pro-vitamina A o betacaroteno, mientras que los aceites vegetales, los cereales y los frutos secos nos suministran la vitamina E. También son importantes para la función inmune las vitaminas del grupo B.

Respecto a los minerales, el magnesio es bien conocido por su poder anti-inflamatorio, así como su capacidad para proteger al cuerpo contra las infecciones. Los vegetales de hoja verde, legumbres, frutos secos, algunas frutas y el pescado en general contienen útiles cantidades de magnesio.

Por su parte, el zinc y el selenio son minerales fundamentales para reforzar el organismo. Son ricos en zinc alimentos como el hígado, los mariscos, los lácteos, los frutos secos, cereales, legumbres, carnes, pescados y huevos, mientras que el selenio lo encontraremos en los cereales integrales, los lácteos, el pescado y la carne. Aunque este último es muy beneficioso, es tóxico en altas concentraciones.

Alimentos protectores

Dentro de una dieta variada, encontramos numerosos productos que pueden mejorar nuestro estado de salud durante un proceso catarral. Es el caso de la cebolla cruda y los ajos, que se consideran buenos anti-inflamatorios, mucolíticos, antibióticos, expectorantes y protectores del sistema inmune.

Una de la estrellas del invierno, no sólo por su sabor, sino por sus propiedades curativas, es la miel. De todos es conocido su capacidad para descongestionar el sistema respiratorio y aliviar la garganta. Investigadores de la Universidad de Illinois descubrieron que, además, es un fabuloso antioxidante, lo que favorece nuestras defensas y regeneración celular.

La Dra. Sánchez-Albornoz nos explica que la miel es «un producto natural y, como tal, sano, pero que también puede ser molesto en el estómago y no todo el mundo lo tolera bien. Nosotros recomendamos infusiones de eucalipto, vahos o zumos naturales, sobre todo de limón».

Beber mucho líquido

Sin duda, uno de los consejos que se escuchan con más frecuencia cuando estamos resfriados es la necesidad de beber continuamente mucha agua y zumos. A este respecto, la Dra. Sánchez-Albornoz lo tiene claro: «cuando estás acatarrado, tienes menos apetito, por eso tenemos que animar al cuerpo con comidas blanditas, que te repongan mejor y de ahí que se recomienden líquidos, caldos y purés. Pero, además, es que el líquido es vital contra los constipados porque es un buen mucolítico y ayuda a rehidratar y a limpiar el organismo».

Sin embargo, un estudio publicado en la revista British Medical Journal cuestiona este popular remedio. Investigadores de la Universidad de Queensland, Australia, descubrieron que durante los procesos infecciosos se produce un aumento destacable de la secreción de una hormona antidiurética. Si a esa retención de líquido añadimos demasiados extras, se puede llegar a una nada aconsejable sobrecarga de fluidos.

No obstante, los autores del estudio insisten en que no existen suficientes ensayos para establecer una evidencia definitiva. «Con los procesos catarrales, las mucosas del cuerpo se quedan secas y necesitan hidratación. Está claro que los excesos siempre son malos, pero es un hecho comprobado que en estos estados necesitas hidratar el organismo obligatoriamente», concluye la Dra. Sánchez-Albornoz.

Para resumir, y en palabras de la especialista consultada, podemos recomendar que «una buena alimentación otorga una buena salud, porque ayuda al organismo a estar mejor preparado ante las agresiones». Pero si ya somos presa de los molestos efectos del catarro hemos de saber que «todos los productos naturales y frescos aportan gran cantidad de nutrientes, que ayudan a estimular a las defensas. Ése, sin duda, es el mejor remedio. Y el reposo, claro».

Fuente: wwww.cocina.facilisimo.com

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