Antiguamente, los especialistas en la salud, consideraban que el arte de alimentarse bien era la base de una buena salud y bienestar. El tratamiento de muchas afecciones, males, trastornos, enfermedades graves se hacia a base de alimentos vivos (frutas, verduras y peces, etc). Hoy está claro que los alimentos pueden estimular o disminuir el desarrollo de determinadas enfermedades.
Una buena combinación de alimentos nos permite mantenernos en forma saludable. Una mala combinación de alimentos ocasionará diversas patologías.
Frases como: «Que la comida sea tu alimento y el alimento tu medicina» Hipócrates, «Nada beneficiará la salud humana ni incrementará nuestra oportunidad de sobrevivir a la vida en la tierra más que la evolución hacia una alimentación vegetariana», Albert Einstein, «El estómago es la oficina donde se fragua la salud y la vida», Miguel de Cervantes, deben hacernos reflexionar sobre la importancia de nutrirnos bien.
Algunos datos a tomar en cuenta:
– Cuando se combina frutas con otros alimentos (carbohidratos, proteína animal) se acelera la fermentación del alimento (se pudre)
Solución: comer frutas 1 hora antes o después de los alimentos Si la comida es salada consumir las frutas 2 o 3 horas después.
– No tomar líquidos a la hora de la comida. Estos diluyen los jugos gástricos y provocan que la comida tarde mucho más en asimilarse.
Solución: tomar agua fuera de las comidas.
Frutas energéticas y tonificantes: arándano, cereza, higos, durazno o melocotón, guanábana, granada, noni, uva, pomelo, frutos secos.
Frutas que ayudan a adelgazar: ciruela, fresa, mandarina, manzana, naranja, guanábana, melocotón, papaya, pera, piña, sandía, toronja o pomelo, uva.
Frutas que mejoran la circulación: calabaza, moras, fresa, frambuesas, zanahoria, cítricos, uvas, cebollas, espinacas, tomates, germen de trigo.