Nutrición: La glucosa en el organismo

El principal papel de los carbohidratos disponibles en la nutrición humana es el de suplir las células del cuerpo con glucosa para liberar un “commodity” indispensable, la energía; aquí el almidón es lo que más contribuye para el suministro de glucosa al cuerpo, pero cualquiera de los mono-sacarídeos también puede suministrarla.

Almacenamiento de glucosa como glucógeno

El hígado almacena más o menos un tercio de glucógeno total presente en el organismo y libera la glucosa en la circulación sanguínea, conforme la necesidad de la misma; después de una comida, la glucosa del sangre aumenta, y las células del hígado unen el exceso de moléculas de glucosa, por las reacciones de condensación, en cadenas largas y ramificadas de glucógeno.

Cuando la glucosa de la sangre decae, las células del hígado quiebran el glucógeno, por reacciones de hidrólisis, en moléculas únicas de glucosa y las liberan en la circulación sanguínea; así, la glucosa se hace disponible para suministrar energía al cerebro y a otros tejidos, aunque la persona se haya alimentado recientemente o no.

Las células del músculo también pueden ayudar almacenar la glucosa como glucógeno (los otros dos tercios), pero ellas almacenan la mayoría de su stock, utilizándolo solamente para sí mismas durante los ejercicios.

* El glucógeno retiene agua, y siendo así, es bastante voluminoso.
* El cuerpo puede almacenar solo la cantidad suficiente de glucógeno para suministrar energía durante cortos periodos; menos de un día durante el reposo y algunas horas a lo sumo, durante los ejercicios.
* Para sus reservas de energía a largo plazo, a ser utilizada durante días o semanas sin alimentos, el cuerpo usa su grasa abundante y sin agua.

Utilizando la glucosa para obtener energía

La glucosa aprovisiona el trabajo de la mayoría de las células del cuerpo; dentro de una célula, las enzimas quiebran la glucosa por la mitad y esas mitades pueden ser religadas para crear la glucosa o pueden ser quebradas en fragmentos aún más pequeños (que nunca más serán reagrupados para formar glucosa).

Como lo hemos mencionado, el stock de glucógeno del hígado permanece solamente durante horas y no días; y para continuar suministrando la glucosa necesaria al cuerpo, una persona debe ingerir carbohidrato dietético frecuentemente, pero las personas que no observan atentamente las necesidades de carbohidrato del cuerpo, aún así, sobreviven.

Sin la glucosa del carbohidratos dietético, las personas simplemente extraen la energía de los otros dos nutrientes proveedores de energía; la grasa y la proteina extrayendo la energía, pero no de manera simple.

Creación de glucosa a partir de proteína

La glucosa es la fuente de energía preferida de las células del cerebro y de otras células nerviosas, además de desarrollar las células rojas de la sangre; la proteína del cuerpo puede ser convertida hasta cierto punto en glucosa, pero la proteína tiene tareas propias que ninguno otro nutriente puede realizar.

La grasa del cuerpo no puede convertir la glucosa en escala significativa; entonces cuando la persona no puede reabastecer las reservas de glucógeno agotadas ingiriendo
carbohidratos, las proteínas del cuerpo son quebradas para formar la glucosa, a fin de aprovisionar esas células especiales.

* La conversión de proteína en glucosa es llamada de gluconeogénesis (también conocida como gliconeogénesis o neoglicogénesis); literalmente, la fabricación de nueva glucosa.
* Solamente los carbohidratos dietéticos apropiados pueden evitar la utilización de la proteína para suministrar energía, y ese papel del carbohidrato es conocido como acción ahorradora de proteína.

Creación de cuerpos cetónicos a partir de fragmentos de grasa

Un suministro inadecuado de carbohidratos puede cambiar el metabolismo de energía del cuerpo en una condición precaria; con menos carbohidrato para suministrar glucosa necesaria para la energía del cerebro, la grasa toma una vía metabólica alternativa; en vez de entrar en la vía principal de energía, entonces los fragmentos de grasa se combinan entre sí, formando cuerpos cetônicos.

Los cuerpos cetónicos suministran una fuente alternativa de energía durante la privación de alimentos; sin embargo, cuando su producción rebasa su utilización, ellos se acumulan en el cuerpo causando cetosis, que es la alteración que perturba el equilibrio ácido-base, normal del cuerpo.

Para ahorrar la proteína del organismo y evitar la cetosis, el cuerpo necesita al menos de 50 a 100 g de carbohidrato por día, entonces las recomendaciones dietéticas incentivan a las personas a escoger los alimentos ricos en carbohidratos, a fin de aprovisionarse en cantidad considerablemente del nutriente.

Utilización de la glucosa para producir grasa

Después de completar sus necesidades en energía y aprovisionar al máximo sus reservas de glucógeno, el organismo debe encontrar un medio de almacenar cualquier glucosa suplementaria.

El hígado quiebra la glucosa en moléculas más pequeñas y las coloca juntas en un compuesto de almacenamiento más permanente de energía; la grasa, entonces, la grasa se desplaza hasta los tejidos grasos del cuerpo para ser almacenada.

Al contrario de las células del hígado, que pueden almacenar solamente la cantidad suficiente de glucógeno para responder a las necesidades en energía a menos de un día, las células de grasa pueden almacenar cantidades muy grandes de grasa.

Aunque el exceso de carbohidratos pueda ser convertido en grasas y almacenado en esa forma, ese es uno caminos menos importantes bajo condiciones normales; pero almacenar carbohidrato como grasa corporal es energéticamente caro; ya que el cuerpo utiliza más energía para convertir el carbohidrato dietético en grasa del cuerpo que cuando convierte grasa dietética en grasa corporal.

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