El huevo se asocia más al desayuno americano en forma de huevos revueltos pero no es muy común desayunar un huevo en otras partes del mundo, sobre todo en Europa. Entonces,¿Es malo comer un huevo en el desayuno? Como alimento en sí el huevo no es malo para tomarlo en el desayuno, pero sí podemos ponerle un par de matices.
En la forma de cocinar el huevo está la clave. Si desayunamos un huevo frito tampoco es que nos vaya a pasar nada, pero no es recomendable al incluir un exceso de grasa por el aceite y al ser menos digestivo y tomarlo tan de mañana. Un huevo pasado por agua o cocido es otra cosa, ahí no hay grasas añadidas y lo podemos tomar sin que suponga una sobrecarga a nuestro estómago.
No hay que tener miedo a comer alimentos nuevos en el desayuno. El huevo por ejemplo aporta poco más de 100 kcal y tiene proteínas de alta calidad. Si nos preocupan las calorías siempre podemos quitarle la yema y hacer una tortilla con la clara. Es común que en el desayuno no haya muchas proteínas (excecpto las que tomamos con la leche), por tanto el huevo puede ser un buen complemento proteico nada más levantarnos.
Además, el tomar un huevo por la mañana se asocia a alargar la sensación de saciedad, por lo que evitamos el picoteo antes de la comida y que el hambre domine a media mañana. Y si realizas tus entrenamientos por la mañana, el contar con un plus de proteínas para tus músculos tampoco te va a venir mal, todo lo que sea tener materia prima para tus músculos va a estar bien.
Fuente: Ejercicios y Fitness