Todas pasamos por temporadas con más estrés, más trabajo, más responsabilidades y más preocupaciones. Como consecuencia de ello nos sentimos más cansadas de lo habitual, nos resfriamos con mayor frecuencia y todo se nos hace cuesta arriba. La razón es que los niveles de estrés y nervios elevados que sufrimos en la actualidad hacen flaco favor a nuestra salud, mermando nuestras defensas y debilitando nuestro sistema inmunitario.
Por lo general las personas estresadas sufren con mayor frecuencia de dolores de cabeza, dolores musculares, insomnio, taquicardias, erupciones en la piel, y un largo etcétera.
Es cierto, que tener cierto grado de tensión o presión no es malo porque nos mantiene alerta, activos y reactivos tanto a nivel intelectual como físico. Sin embargo, lo malo viene cuando ese grado de tensión empieza a ser demasiado elevado ocasionando un resultado contrario: nos empieza a paralizar, aparecen miedos e inseguridades, pensamientos negativos, …
El
primer paso para conseguir que ese estrés y esos nervios no nos hagan perder el control es
ser conscientes de ello. Es decir, reconocernos a nosotras mismas que llevamos un ritmo o nos tomamos las cosas de una manera que no nos lleva por buen camino. Una vez somos conscientes de ello y somos conscientes de que queremos salir de esa situación (a veces ese escalón es el más difícil) se trata de buscar acciones que nos ayuden a combatirlo.
Así que vamos a ver algunos consejitos que practicándolos con asiduidad nos ayudarán a que nuestro día a día sea de mayor calidad y más saludable, un buen propósito para el nuevo año, no creéis?
Muchos de estos consejos ya los sabemos, pero a veces hace falta que nos lo recordemos para realmente llevárlos a la práctica:
1. Comienza el día con
estiramientos: De esta manera oxigenamos y destensamos el cuerpo. Con cinco minutos bastarán!
2. Si puedes tómate un descanso a media mañana de 10 minutos para airearte, respirar un poco y cargar pilas.
3. Llegar a todo es imposible. No somos súper woman, ni debemos pretender serlo. Intentarlo lo único que nos va a traer es frustración y malos humos.
4. Reírse y no tomarse las cosas tan a pecho reducen los niveles de estrés. De hecho, la risoterapia es una terapía fantástica!! A veces las cosas más sencillas son las que mejor funcionan.
5. El ejercicio físico ayuda a controlar la ansiedad, a socializar, mejora la condición física, te sube la autoestima y eleva la actividad del sistema inmune.
6. Aprende a relativizar y dale importancia a las cosas que realmente la tienen. Muchas veces nos angustiamos solamente pensando cosas que no han pasado.
7. Os recuerdo la importancia de unos buenos hábitos alimenticios: Intenta respetar los horarios de las comidas, come tranquilamente disfrutando de lo que te llevas a la boca (muchas veces vamos tan aceleradas que no somos conscientes ni de lo que estamos comiendo), evita grasas y azúcares, bebe agua y come lo necesario (muchas veces comemos sin sentido, sin hambre y por comer).
8. Intenta pasear un rato cada día, aunque sea de casa a la parada del autobus, sin correr y disfrutando de lo que te rodea.
9. Dedicar unos minutos al final del día a realizar ejercicios de respiración es muy saludable. Es un momento para ti y contigo misma, es como hacer un reset al final del día para empezar al día siguiente con la energía y los ánimos renovados. Pruébalo, te sorprenderá!!
10. Repasa al final del día todo lo que has hecho, seguro te sentirás muy orgullosa y satisfecha de ti misma. Casi siempre nos exigimos demasiado, cuando lo hagas pregúntate: realmente es necesario?
Espero que os haya gustado y que sobre todo os sea útil!