Los pies reflejan el estado de nuestro ser, sobre ellos descansa nuestro peso y nos conectan con la Tierra.
Es de especial relevancia estar concientes que los pies son una terminal del cuerpo y que muchas veces un problema que se manifesta en un lugar tiene su origen en otro lado, de ahí que entrenar los pies con Pilates ciertamente beneficie al cuerpomente en su totalidad.
1. Observar de pie
– Date cuenta de tu estado inicial. Reconoce tu condición física, intención, estado mental y estado anímico
– Respira a ritmo personal disolviendo tensiones y permitiendo que el peso de tu cuerpo descanse en el suelo, siente el soporte
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Siente los puntos de contacto de tu pie con el suelo
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Sin juzgar, observa si hay diferencias en el apoyo entre un pie y el otro, permitiendo las asimetrías de tu ser
2. Sentado localiza los puntos de apoyo en tu pie. Puedes hacer este movimiento parado (de pie) para trabajar también tu equilibrio
– Toca el dedo gordo de tu pie y con la mano mueve la articulación cercana a la uña, explora el movimiento en esta parte (articulación interfalangeal)
– Masajea la bola del pie, es decir, el punto dentro de la planta del pie donde la articulación mueve a todo el dedo gordo (articulación metacarpo falangeal). Nota como el movimiento de este punto repercute en todo el dedo gordo. Este es un punto reflejo del corazón y del timo, imagina que generas más espacio en tu pecho para los latidos del corazón
– Realiza el mismo procedimiento a lo largo del dedo pequeño y en la bola del dedo pequeño. Imagina que al hacerlo estás disolviendo cualquier tensión que puedas tener en los hombros y en los pulmones
– Ahora dale un masaje en círculos al talón, este es el punto reflejo del suelo pélvico, el recto y la ciática, trabajar esta área ayuda especialmente a la buena postura
3. Masaje con pelota de golf
– Antes de comenzar el masaje, dóblate para tratar de coger tus pies con las manos y revisa tu nivel de flexibilidad
– Coloca tu pie sobre una pelota de golf y masajea durante dos minutos, a la segunda semana de práctica puedes masajear durante tres minutos.
– Si encuentras tensión en algún punto permanece unos segundos más ahí con un poco más de presión imaginando que la tensión se derrite como un helado.
– Al terminar ambos pies vuelve a tocar tus pies con las manos y observa cambios en tu flexibilidad. Al masajear los pies estamos organizando mejor el meridiano miofacial, que forma la linea posterior superficial, es decir, la red de tendones y músculos que recorre toda la parte de atrás del cuerpo, puede ser que notes tu espalda y cuello más flexibles, observa si en algo cambió tu respiración
4. Poner los pies en La Tierra.
– Párate con los pies a la altura de tus caderas, procura que tus rótulas apunten hacia el frente y que el segundo dedo de tus pies esté alineado en esa dirección. Mantén los tendones al frente de tu pie relajados y suavemente levanta tus arcos
– De pie balanceate lentamente hacia adelante y hacia atrás sintiendo como cambia el peso de tu cuerpo sobre tus pies, haz estos movimientos cada vez mas pequeños hasta encontrar el punto donde sientas que el peso está equitativamente distribuido en la bola del pie, en la bola del dedo chiquito y en el talón
– Imaginar que eres un árbol con piernas fuertes como troncos y que los pies se hunden en la tierra como raíces absorbiendo energía de manera ascendente a través de los arcos.
Continuar trabajando sobre el bienestar de tus pies previene diversos problemas de salud derivados de posturas desfavorables y repercute de manera positiva en el estado de ánimo. Respira profundo y disfruta sentir que tus pies te llevan con seguridad hacia tus anhelos.
Fuente: PILATES SANTIAGO