Los buenos propósitos

Con la llegada del año nuevo casi todos nos proponemos nuevas metas, alcanzar ciertos objetivos, dejar los hábitos poco saludables, reemprender tareas y proyectos aparcados temporalmente el año pasado… y muchas cosas más.

Esta mentalidad se ve reflejada, y más en estas fechas, en los gimnasios, a los cuales se dan de alta un sinfín de personas y acuden a él con el buen propósito de plantearse, si más no, un inicio de año saludable, quitándose esos kilos de más algunos, buscando bajar el colesterol otros, regulando la tensión arterial aquellos que la tengan alta y así podría seguir enumerando muchos más motivos.

Esta mañana he leído en una red social el comentario de un usuario que decía más o menos que “cada primeros de enero aparecen por las calles una serie de personas haciendo footing y cycling con cara de no haberse movido del sofá en su vida… El deporte no es un propósito, es una filosofía de vida!”

Me ha hecho reflexionar en la razón que tiene, pero también, mirándolo desde otra perspectiva, se puede dar la vuelta a este razonamiento y decir que “la filosofía de vida comienza con un propósito”, ya que si no damos este primer paso mal vamos…

La clave de esto está en mantener en el tiempo este propósito y convertirlo en un hábito, y de esto nos hemos de encargar, a parte del propio practicante, los entrenadores personales, técnicos e instructores que trabajamos día a día en una instalación deportiva, fidelizando al usuario para que esos momentos que pasa diariamente en el gimnasio se conviertan en momentos de entretenimiento, de placer y que acudir al mismo sea una actividad que forme parte de su vida diaria.

Y vosotros, os habéis marcado nuevos propósitos?

Scroll al inicio