Comidas copiosas, dulces, alcohol. La Navidad es sinónimo de atracones y excesos gastronómicos. Los manjares de las fechas señaladas se basan, en la mayor parte de los casos, en el exceso y una combinación de platos ricos en grasas y azúcares. Las consecuencias de estos excesos, además de ganar unos 3 kg de media, es un aumento del colesterol, cuya consecuencia directa es un aumento del riesgo cardiovascular.
Pero el problema no está en comer más alimentos dulces o salados típicamente navideños sino en la cantidad y el descontrol alimenticio que terminan por provocar estas fiestas plagadas de comidas más abundantes y en las que alternamos mucho más de lo normal en bares y restaurantes.
«Tenemos unas excelentes dietas pero comemos de más y apenas nos movemos», concretó el experto y Catedrático de Endocrinología Aniceto Charro Salgado recientemente.
En Navidad no sólo variamos las comidas principales. Estas fechas también se asocian al consumo de algunos alimentos típicos como el turrón o el mazapán, que se toman a lo largo del día. Aunque ambos productos aportan una importante cantidad de energía, su composición nutricional es muy interesante y constituyen una buena fuente de magnesio y vitamina E.
Estas comidas también suelen ir acompañadas de vino, cava o sidra. Si decidimos incorporar estas bebidas, siempre bajo un consumo moderado, no debemos olvidar que 1g de alcohol aporta 7 kilocalorías, por eso, una copa de vino de 12 grados aporta unas 83 kilocalorías, una copa de cava 87 kilocalorías y una de sidra 69 kilocalorías.
¿Qué hacer entonces? No obsesionarnos lo primero, comer con sentido común y compensar lo que comemos intentando mantener un equilibrio. Y si nos pasamos con los dulces, más actividad y menos sillón.
FUENTES:
http://www.farodevigo.es/sociedad-cultura/2011/12/24/recetas-sana-navidad/608777.html
http://www.as.com/salud/articulo/cuidado-atracon-navideno/20121220dasciosal_1/Tes
Fuente: Ingesport Noticias