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Esta mañana estaba en la cinta, haciendo mi carrerita diaria en ayunas cuando de pronto… ¡¡calambrazo en la pierna!! Ya estaba sobre aviso, porque llevaba unos días doliéndome bastante, y los últimos entrenamientos los he hecho con rodillera, además de estar prácticamente abonada al Voltarén, pero el susto me lo he llevado. Si alguno de vosotros sois aficionados al running y tenéis dolor en las rodillas, seguro que os interesa lo que sigue!
Personalmente, sé de sobra lo que me pasa: la rodilla izquierda es mi punto débil desde que comencé a esquiar, hace ya unos añitos. Empecé a notarlo cuando al hacer bajadas en paralelo, siempre cerraba mucho mejor y más rápido hacia un lado que hacia el otro, con bastante diferencia; tanta, que algunas bajadas con mucha pendiente me las hacía prácticamente sólo de un lado. La gimnasia rítmica también me pasó factura en este sentido, pues la izquierda es mi pierna de realizar los giros y de impulsar los saltos, sometiendo a la rodilla a una tracción excesiva. Si a esto le sumamos todas las horas subida en la bici (estática y de spinning) y las largas sesiones de patinaje… en fin, ahí lo tenéis, lo menos que me podía pasar era que me diera un calambre…
La rodilla del corredor aúna todos los posibles dolores que suelen sufrir los corredores, tanto de competición como aficionados: desde la condropatía rotuliana hasta la tendinitis tibial, pasando por otros menos conocidos pero igualmente frecuentes como el síndrome compartimental crónico. Partiendo de la base de que cada lesión y cada persona es un mundo, suele haber una serie de denominadores comunes en este tipo de dolores, que suelen ser una técnica de carrera deficiente, un calzado inadecuado o unos músculos débiles que no soportan el esfuerzo.
Pero vamos a lo importante: ¿qué podemos hacer nosotros para no ser víctimas de estos dolores o (si ya es demasiado tarde) para recuperarnos lo antes posible? Allá van una serie de consejos:
– Calentar siempre, y estirar después de haber terminado nuestro entrenamiento
– Entrenar de forma específica los músculos del tren inferior: fortalecer cuádriceps, femoral, vasto interno y externo, y gemelos
– Planificar nuestro entrenamiento, tanto a corto como a largo plazo: incluir días de descanso activo y combinar los distintos métodos de entrenamiento que conocemos (series, intervalos, fartlek, HIIT…)
– Proteger nuestros músculos y articulaciones a través de una postura correcta durante la carrera
– Hidratarnos correctamente
– Elegir un calzado adecuado, al margen de modas o marcas
Y vosotros, ¿habéis sufrido alguna lesión durante entrenamientos o carreras? ¡¡Ánimo y a por todas!!
Fuente: Lady fitness