Lesiones de rodilla en el deporte

De todas las articulaciones que soportan un grado importante de carga, la rodilla es la más vulnerable al traumatismo, ya sea accidental o repetitivo. Cuando tenemos un dolor en la rodilla, el primer dato a tener en cuenta es investigar el mecanismo de producción de la lesión, ya que puede tener su origen en cualquiera de las articulaciones de la extremidad inferior. Para un correcto diagnóstico de la lesión es imprescindible una detallada exploración clínica y un correcto interrogatorio.

Las lesiones de rodilla son habituales, sobre todo si se practica algún deporte. Las más frecuentes son las lesiones de los tejidos blandos, como los ligamentos y los tendones, aunque los huesos también pueden resultar dañados.
Tipos de lesiones
– Lesiones articulares: lesión de los meniscos, afecciones de los ligamentos cruzados (dolor e inestabilidad), luxaciones, quistes de Baker (detrás de la rodilla), artrosis, poliartritis, monoartritis, neoplasias, gota.
– Lesiones periarticulares: esguinces, tendinitis (dolor frontal, o lateral interno o externo), bursitis (inflamación), síndromes femoropatelares.
– Lesiones óseas: fracturas y otras.
Causas más comunes de lesión
– Comenzar a entrenar sin calentar
– Corredores de fin de semana y sedentarismo en la vida diaria
– Terminar de correr sin estirar
– Tener sobrepeso
– No alternar días de entreno suave con intenso
– Calzado inadecuado
– Cuádriceps débiles, debilidad de los músculos internos del muslo
– Rodillas en X
– Torsión tibial (rotación externa de la parte baja de la pierna)
– Aumento demasiado rápido del kilometraje semanal
– Anormalidades estructurales: piernas desiguales en longitud, curva exagerada en la columna vertebral
– Alteración de la biomecánica de la marcha: pronación excesiva (rotación excesiva de los pies hacia dentro después de entrar en contacto con el suelo, aunque cierto grado de pronación es normal y evita las lesiones ayudando a distribuir la fuerza en todo el pie)
– Supinadores
– Superficies de entreno duras
– Rótula asimétrica, demasiado plana
– Traumatismos directos sobre la rodilla
– Inestabilidad debida a lesión ligamentosa
– Anomalías estructurales de la rótula
– Lesiones de menisco

Acerca de las lesiones de rodilla
Las lesiones de rodilla más habituales son las siguientes:
• Esguince: uno o varios ligamentos han sufrido un estiramiento excesivo debido a un retorcimiento o una tracción; es posible que el ligamento esté desgarrado o roto.
• Distensión: un tendón o un músculo han sufrido un estiramiento excesivo.
• Daño en el cartílago de la rodilla: el cartílago es un disco con forma de media luna llamado menisco y actúa como «amortiguador» de la rodilla.
• Desgaste por uso excesivo: suele aparecer en las personas practican el ejercicio de correr.
Lesiones de los ligamentos de la rodilla
Los ligamentos conectan los huesos entre sí. Los ligamentos exteriores de la rodilla, llamados «ligamento lateral interno » y «ligamento lateral externo», son los que aportan estabilidad a la rodilla y limitan los movimientos laterales.
• El ligamento lateral interno se encuentra en la cara interna de la rodilla y se tensa al estirar la pierna. Es un ligamento fuerte, pero puede sufrir un esguince o romperse por completo (desgarrarse) si se retuerce la pierna cuando está estirada y, al mismo tiempo, recibe un golpe lateral, como ocurre durante los placajes jugando al rugby o cuando en el fútbol el pie queda fijo en el suelo y la rodilla gira.
• El ligamento lateral externo es parecido a un cordón fino y fuerte que se encuentra en la cara exterior de la rodilla y conecta la parte inferior del fémur con la parte superior del peroné (uno de los huesos de la parte inferior de la pierna). Son raras las lesiones de este ligamento por sí solo, pero puede ser necesario repararlo si se tienen dañados otros ligamentos.
Las lesiones de los ligamentos laterales interno y externo pueden clasificarse del modo siguiente:
• Grado 1: esguince sin desgarro del ligamento.
• Grado 2: desgarro parcial del ligamento.
• Grado 3: desgarro total del ligamento.
Los ligamentos interiores de la rodilla se llaman «ligamento cruzado anterior» y «ligamento cruzado posterior». «Cruzado» significa en forma de cruz: el ligamento cruzado anterior cruza por delante del ligamento cruzado posterior. Estos ligamentos aportan estabilidad a la rodilla cuando ésta adopta distintas posiciones, en especial en los movimientos hacia adelante y hacia atrás de la articulación de la rodilla.
Otras lesiones de los tejidos blandos
Los demás tejidos blandos que rodean la rodilla también pueden lesionarse. Por «tejido blando» se entiende cualquier tejido del cuerpo, distinto del hueso.
Si se practica un deporte que conlleva retorcer el muslo mientras se tiene el pie apoyado en el suelo, el cartílago de la rodilla puede sufrir un desgarro. Con la edad, el cartílago se desgasta (se degenera) progresivamente, por lo que es más fácil que se desgarre incluso con una lesión muy leve.
El uso excesivo de la rodilla también puede causar el desgarro del tendón rotuliano, que es el que conecta la rótula con el cuádriceps.
Síntomas de las lesiones de rodilla
Los síntomas de la mayoría de las lesiones de los ligamentos son similares, independientemente de cuál sea el ligamento dañado. Entre otros, pueden observarse los siguientes:
• Dolor
• Hinchazón
• Inestabilidad: puede notar que la rodilla cede o que se queda bloqueada.
Al producirse la lesión, podría tener la sensación de que se ha producido un estallido o un chasquido, incluso puede oír un chasquido. Asimismo, es posible que no pueda sostenerse bien sobre la pierna afectada ni apoyar todo su peso sobre ella.
Si se lesiona el cartílago de la rodilla, no notará ningún dolor directo, pero puede que la hinchazón que seguirá a la lesión sí le provoque algo de dolor o molestias. El dolor puede manifestarse tanto en el interior como en el exterior de la articulación de la rodilla (dependiendo de la zona de la rodilla en la que se encuentre el cartílago dañado) y es posible que observe cierta hinchazón.
Si observa alguno de estos síntomas, consulte con su médico de cabecera, un fisioterapeuta o un traumatólogo.
Causas de las lesiones de rodilla
Los casos siguientes pueden causar una lesión de rodilla:
• Si la rodilla recibe un golpe o se mueve más allá de su rango de movimiento habitual, por ejemplo, a raíz de una caída o un mal apoyo.
• Si se practica un deporte que combina carrera, saltos y paradas con cambios bruscos de dirección, como el fútbol.
• Si se sufre un trastorno como artrosis (osteoartritis) o gota, o se padece sobrepeso.
• Si la rodilla sufre un golpe contra el salpicadero del coche en un accidente de tráfico.
Diagnóstico de las lesiones de rodilla
El médico de cabecera, el fisioterapeuta o el traumatólogo le preguntará por los síntomas que presenta y le examinará. Es posible que palpen por encima de la rótula con suavidad, sobre todo si la rodilla no está muy inflamada, para detectar la presencia de líquido en la articulación. El médico de cabecera o el fisioterapeuta le pedirá que describa cómo se hizo la lesión, dónde le duele y qué tipo de dolor siente.
El médico también puede realizar pruebas para saber si están lesionados los ligamentos o los tejidos blandos de la rodilla. Para ello, le pedirá que se tumbe o se siente y le doblará y flexionará la rodilla. También le colocará la pierna en diferentes posiciones. Es posible que puedan pedirle que realice movimientos como subir o bajar escaleras, ponerse en cuclillas o saltar a la pata coja.
El médico en algunos casos puede derivarle a un hospital para que le practiquen otras pruebas, por ejemplo, una RM (resonancia magnética) o una ecografía, y, en algunos casos, una radiografía. Estas pruebas pueden ayudar a diagnosticar lesiones más complicadas o graves.
Tratamiento de las lesiones de rodilla
El tratamiento que recibirá dependerá de la lesión y la gravedad de la misma.
Autotratamiento
Para tratar cualquier tipo de lesión de los tejidos blandos de la rodilla, debe seguir el procedimiento PRICE ( siglas en ingles), cuyas letras corresponden a lo siguiente:
• Protección. Proteja la lesión para que no sufra más daños.
• Reposo. Deje reposar la rodilla lesionada durante los dos o tres primeros días. Transcurrido este tiempo, reanude los movimientos para no perder demasiada fuerza muscular.
• Hielo (Ice, en inglés). Aplique una compresa fría, por ejemplo hielo o una bolsa de guisantes congelados envueltos en una toalla, para reducir la hinchazón y los hematomas. No aplique el hielo directamente sobre la piel, ya que podría provocarle heridas.
• Compresión. Comprima la articulación vendándola para un mejor apoyo de la zona lesionada y para reducir la hinchazón.
• Elevación. Eleve la rodilla, apoyándola a una altura superior a la del corazón.
Ciertas prácticas deberían evitarse durante los tres primeros días tras la lesión, con el fin de evitar otros daños a la rodilla. Pueden recordarse con la palabra inglesa HARM, que significa «daño» y cuyas letras corresponden a lo siguiente.
• Calor (Heat, en inglés). Se incluye bañarse con agua caliente o usar bolsas de calor.
• Alcohol. El consumo de alcohol puede aumentar la hemorragia y la hinchazón en la zona afectada.
• Correr (Running, en inglés) u otras formas de ejercicio.
• Masajear la rodilla lesionada.Puede aumentar la hinchazón o la hemorragia.
Es posible que tenga que utilizar muletas o llevar una rodillera para asegurarse de que no apoya peso en la rodilla afectada.
Medicamentos
Puede comprar analgésicos, como el paracetamol o el ibuprofeno, para tratar el dolor leve a moderado. Si el dolor es agudo, el médico de cabecera puede recetar analgésicos más fuertes. Además de aliviar el dolor, los analgésicos pueden ayudar a reducir la inflamación y la hinchazón. Lea siempre la información para el paciente que se incluye con el medicamento y, en caso de dudas, pregunte al farmacéutico o al médico.
Fisioterapia
Si la lesión que padece es más grave o compleja, el médico de cabecera puede remitirle a un fisioterapeuta (un profesional sanitario especializado en el movimiento y la movilidad). También puede optar por consultar con un fisioterapeuta directamente. El fisioterapeuta preparará un programa de ejercicios de rehabilitación que fortalecerán gradualmente la rodilla y estirarán los músculos. Los ejercicios variarán en función del tipo de lesión y de su gravedad. Además, el fisioterapeuta puede utilizar varias técnicas para acelerar la curación de la rodilla.
En algunos casos se emplean rodilleras para dar mayor soporte a la rodilla durante la rehabilitación, normalmente en las lesiones graves.
Cirugía
En algunas circunstancias, es posible que sea necesario intervenir al paciente para reparar una lesión de la rodilla, sobre todo en los casos siguientes:
• Si existe rotura del ligamento lateral externo.
• Si se ha dañado el ligamento cruzado anterior y la persona afectada practica mucho deporte o además padece un desgarro en el cartílago o el ligamento colateral medial: puede ser necesaria una operación de reconstrucción, que conlleva preparar un injerto de tendón (por regla general, a partir de la rótula) para sustituir el ligamento dañado.
• Si están dañados más de un ligamento o tejido de la rodilla.
• Si existe desgarro del tendón rotular.
• Si la rodilla sigue doliendo o se bloquea después de haber sufrido una lesión del menisco.
Prevención de las lesiones de rodilla
Algunas precauciones pueden reducir el riesgo de sufrir daños en los ligamentos de la rodilla.
• Practique ejercicio con frecuencia para mantenerse en forma. De este modo, tendrá los músculos más fuertes y podrán aportar un mejor apoyo a las articulaciones, incluidas las rodillas. Si lleva un tiempo sin practicar ninguna actividad, comience con suavidad y aumente la intensidad de forma gradual.
• Dedique entre cinco y diez minutos a calentar antes de hacer ejercicio para aumentar el flujo sanguíneo hacia los músculos y reducir las posibilidades de sufrir una lesión. Muchos profesionales deportivos aconsejan estirar los músculos después del calentamiento y de nuevo tras el enfriamiento. No obstante, no se ha demostrado que los estiramientos antes o después del ejercicio proporcionen beneficio alguno en estos casos.
Preguntas y respuestas sobre las lesiones de rodilla
Tengo un esguince en uno de los ligamentos de la rodilla. ¿Cuánto tardará en curarse?
Respuesta
El tiempo que tardará el esguince en curarse dependerá de la zona de la rodilla donde se encuentra la lesión y de lo grave que sea. Si se trata de un esguince leve, por regla general el ligamento tarda entre tres y seis semanas en curarse. Si la lesión es más grave, y en función de si se necesita cirugía o no, la recuperación completa puede llevar entre dos y 12 meses.
Explicación
Lo más importante para ayudar a que la lesión se cure es seguir el método PRICE de inmediato tras la lesión. Las letras de la sigla PRICE significan «protección», «reposo», «hielo» (ice, en inglés), «compresión» y «elevación». Si los síntomas no mejoran o si el dolor o la hinchazón empeora, consulte a su médico la posibilidad de recurrir a la fisioterapia u otro tratamiento.
¿Cuáles son los mejores analgésicos para una lesión de rodilla?
Respuesta
Consulte al farmacéutico o al médico de cabecera qué medicamentos hay disponibles y cuáles son los más indicados en su caso.
Explicación
El paracetamol suele aliviar ligeramente el dolor. Si el paracetamol no fuera suficientemente efectivo, quizá el médico de cabecera sugiera analgésicos más fuertes como la codeína. También puede recurrir a antiinflamatorios en crema ogel, como el ibuprofeno o el diclofenaco, que pueden aplicarse directamente sobre la piel. Los antiinflamatorios también pueden tomarse en comprimidos, pero debe esperar 48 horas desde la lesión antes de comenzar a tomarlos. El motivo de esto es que, si se toman de inmediato después de sufrir la lesión, los antiinflamatorios en comprimidos suelen retrasar la curación.
Algunas personas no pueden tomar ibuprofeno ni antiinflamatorios no esteroideos (AINE), o deben tomarlos con precaución. Se sabe que los AINE pueden provocar efectos secundarios en el aparato digestivo y este riesgo es más grave en el caso de las personas mayores. Si padece asma, también debería tomar los AINE con precaución. Consulte al farmacéutico o su médico de cabecera qué es lo mejor en su caso. Si el dolor es agudo, quizá necesite que el médico le recete un antiinflamatorio más fuerte u otro tratamiento.
¿Puedo aplicar un analgésico en gel o en aerosol directamente sobre la piel en lugar de tomarlo en forma de comprimidos? ¿Es eficaz?
Respuesta
Existen analgésicos antiinflamatorios no esteroideos en forma de gel, crema o aerosol que pueden aplicarse directamente sobre la piel. Este tipo de analgésico puede aliviarle el dolor durante la primera semana después de haber sufrido la lesión. Si el dolor persiste transcurrido ese tiempo, quizá sean más eficaces otros analgésicos.
Explicación
Los antiinflamatorios no esteroideos (AINE), como el ibuprofeno, pueden aliviar el dolor y la inflamación provocados por un esguince o una distensión en la rodilla. Los AINE como el ibuprofeno y el ketoprofeno se comercializan en forma de gel, crema y aerosol para ser aplicados directamente sobre la piel con un masaje suave, o en comprimidos o cápsulas que se toman por vía oral.
Algunos AINE en gel o en aerosol pueden adquirirse sin receta en la farmacia, mientras que otros sólo pueden comprarse si los receta el médico. Estos tipos de analgésicos son eficaces en los casos de esguince y distensión y pueden aliviar el dolor durante una semana después de haber sufrido la lesión. Cuando la lesión comienza a curarse y se reducen la intensidad del dolor y la hinchazón, los analgésicos que se aplican sobre la piel son menos eficaces.
Si existe el riesgo de que los AINE en forma de comprimidos o cápsulas provoquen efectos secundarios en el sistema digestivo (gastrointestinales), los geles o los aerosoles pueden ser una buena alternativa. De todos modos, consúltelo con el farmacéutico o con su médico. Si le han indicado no tomar AINE en comprimidos (por ejemplo, si es alérgico a ellos o padece asma), tampoco debería recurrir a estos medicamentos en forma de crema, gel o aerosol. No utilice estos productos si tiene heridas en la piel.
¿Puede ayudarme el árnica con la lesión de rodilla?
Respuesta
Difícilmente, ya que no existen pruebas convincentes de que el árnica pueda ayudar a curar esguinces ni distensiones.
Explicación
Con frecuencia, el árnica se anuncia como un tratamiento para aliviar lesiones de los tejidos blandos como los esguinces o las distensiones. Puede comprarla en una herboristería (por regla general, en forma de aceite) y también como medicamento homeopático. No se han realizado ensayos sobre los remedios de herboristería a base de árnica. Sin embargo, sí se han estudiado los medicamentos homeopáticos con árnica para esguinces y distensiones. No obstante, dichos ensayos no arrojaron ninguna prueba convincente acerca de que el árnica contribuya a la curación de esguinces y distensiones.
Padezco Artrosis (osteoartritis); ¿tengo más probabilidades de sufrir una lesión de rodilla?
Respuesta
En algunos casos la Artrosis (osteoartritis) puede provocar debilidad muscular en la rodilla, lo que supone una mayor tensión en los ligamentos.
Explicación
La artrosis (osteoartritis) que afecta a la rodilla puede provocar daños en los ligamentos y los músculos en algunos casos. Si se da esta situación, la articulación de la rodilla puede llegar a «ceder». Sin embargo, si el paciente se mantiene activo y ejercita regularmente la rodilla, puede prevenir este tipo de lesión. Se ha demostrado que, en algunos casos, el ejercicio también puede reducir el dolor asociado a la osteoartritis de la rodilla y evitar una discapacidad a largo plazo.
Es posible que le indiquen que practique una combinación de distintos tipos de ejercicio. Los ejercicios de tonificación mejoran la musculatura que rodea las articulaciones, lo que contribuye a estabilizarlas al tiempo que se reduce el dolor. También debería practicar alguna actividad aeróbica: cualquier actividad con la que aumente la frecuencia cardíaca y le cause una ligera dificultad para respirar. Este tipo de ejercicio contribuye a aliviar el dolor y mejora la salud y el bienestar generales. La actividad aeróbica también puede ayudarle a perder el exceso de peso o a controlar su peso, lo que reduce las posibilidades de que los problemas de rodilla empeoren en el futuro.
Los ejercicios de rango de movimiento y los estiramientos también son importantes para mantener su flexibilidad y movilidad. En este tipo de ejercicio se mueven las articulaciones en todo su rango de movimiento e incluso un poco más allá de dicho rango.
Además de la importancia de mantenerse activo en general, el fisioterapeuta también puede recomendarle la práctica de algunos ejercicios pensados específicamente para la rodilla. Se tratará de ejercicios con el cuádriceps. Los músculos del cuádriceps se encuentran en la parte delantera del muslo. Si se padece osteoartritis, van debilitándose, por lo que es importante ejercitarlos y tonificarlos. De esta forma, puede reducir el dolor y mantener la mayor movilidad posible. Estos ejercicios incluyen elevaciones de la pierna estirada, estiramientos musculares y contracciones musculares.
Es importante que le aconsejen qué ejercicios son los que más le convienen para que no someta a tensión músculos y articulaciones individuales, lo que podría provocar una lesión o problemas a largo plazo. El médico de cabecera puede remitirle a un fisioterapeuta, o a un reumatólogo (especialista en el sistema musculoesquelético, las articulaciones y los tejidos que las rodean) para que cuente con la opinión de un especialista.
Bibliografía
• Sprain: Prognosis and duration. Department of Work and Pensions. www.dwp.gov.uk, acceso: 24 de febrero de 2009
• Sprains and strains. Management Clinical Knowledge Summaries. www.cks.library.nhs.uk, acceso: 24 de febrero de 2009
• Fuentes: Sanitas.
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