La confianza, la autoestima o la compasión son cualidades que nos esforzamos en cultivar, en cambio, la creatividad la entendemos como un lujo que algunos disfrutan.
Lo cierto es que la creatividad es tan necesaria como la confianza, sin ella nos mantendríamos anclados en patrones y situaciones durante años y años. Ser creativo es indispensable para evolucionar.
Concebir, gestar y parir son actos creativos por excelencia.
Cuando nos sentimos a disgusto en algo, solo podemos hacer dos cosas: o seguimos en ello o cambiamos. Esto último será lo que nos aporte el bienestar. Abandonar lo que nos disgusta crea espacio para que aparezca algo nuevo, que sin duda será mucho más satisfactorio.
Nuestra capacidad de transformación depende de nuestro grado de creatividad. Nuestra habilidad para imaginarnos en un nuevo estado nos dará la fuerza para dejar atrás lo que ya no nos conviene y seremos serenos testigos del nacimiento de lo nuevo.
Atrevernos a permitir que algo distinto suceda es ser creativo. Sentirse bien depende de uno mismo y de la propia intención en crear una realidad satisfactoria.
Durante la gestación, y de forma más rotunda en el segundo trimestre de gestación, la mujer detecta cada día algo nuevo en su aspecto, en su forma de sentir o percibir, en sus movimientos. El hombre es testigo de ello y también percibe sus propios cambios internos. En este momento la vida nos ofrece una gran oportunidad para permitir que aflore todo nuestro potencial creativo y nos invita a comprometernos con una existencia llena de goce.
¿Qué se puede hacer cuando el tamaño del vientre nos impide dormir boca abajo? ¿O cuando ya no podemos caminar al ritmo de siempre? ¿O cuando hacer el amor como hasta ahora ya no nos satisface? Podemos luchar por mantener nuestras antiguas costumbres o sumergirnos en un excitante descubrimiento de nuevas formas de actuar, sentir, pensar y vivir. Con la última opción se disfruta de la creatividad, se aprende a fluir, la autoestima se mantiene en alto; el bebé se siente a gusto y querido. La lucha nos traerá también un aprendizaje, pero lo hará a través del sufrimiento: haciéndonos creer que nada permanece, experimentando la rabia, la tristeza y la nostalgia; el bebé aprenderá todo eso desde el vientre. Cada mujer decide, cada hombre decide. Una madre debe ser un ser absolutamente creativo y el hombre su apoyo, su sostén y su referencia. Si deciden no serlo, empiezan a decaer física, mental, emocional y espiritualmente, como madre, como padre, como mujer, como hombre, como seres humanos. Vale la pena optar por el camino del goce y la creatividad.
El despertar a la maternidad y la paternidad ocurre siempre, sin embargo, la transmutación solo se realizará si cada uno tiene el compromiso interno de recorrer el camino hasta el final: si realmente quieren que aflore en ellos su naturaleza de madre y padre manteniendo sus esencias de mujer y hombre. La creatividad será la mejor aliada y la alegría la compañera que nos indica que vamos por el buen camino.
Para conectar con tu creatividad desde el yoga…
Esta secuencia de tres ejercicios que actúan sobre la zona pélvica activa el segundo chackra, fuente de creatividad, y aporta la flexibilidad y amplitud de movimiento que necesita la pelvis para poder favorecer la posición adecuada de todo el cuerpo a lo largo del embarazo.
El primero calienta la musculatura interna, el segundo la flexibiliza y el tercero la relaja aumentando la conciencia corporal en la zona.
Flexión de cadera y rodilla
Siento la fuerza creativa que se aloja en mi pelvis
Postura: En pie frente a frente manteniendo la mirada hacia la pareja, los pies paralelos y a la anchura de la pelvis con la columna enderezada. Se dirige la atención hacia las ingles y los glúteos para identificar la musculatura que entra en movimiento.
Movimiento y respiración: Con la inspiración se levanta la pierna derecha flexionando la rodilla y se apoya la mano derecha sobre ella. La pierna empuja hacia arriba y la mano hacia abajo. Al espirar se baja el pie al suelo y se repite el movimiento sucesivamente alternando las piernas. 2 minutos.
Modificación del arquero
Preparo mi cuerpo para fluir
Postura: En pie frente a frente manteniendo la mirada hacia la pareja, los pies paralelos y a la anchura de la pelvis con la columna enderezada. Se avanza el pie derecho y el izquierdo queda detrás con una inclinación de 45º. Los brazos están relajados junto al cuerpo. Se dirige la atención a la ingle para percibir el estiramiento, tomando conciencia de que se está aumentando la amplitud de movimiento de la pelvis.
Movimiento y respiración: Al espirar se flexiona la rodilla derecha hasta ponerla en línea con el tobillo. La rodilla izquierda se mantiene extendida y se bascula la pelvis llevando el pubis hacia arriba. Se repite el movimiento varias veces y se intercambia la posición de pies y piernas. 2 minutos.
Círculos pélvicos
Permito que la fuerza creativa que reside en mi pelvis guíe mis movimientos
Postura: En pie con los pies paralelos, las rodillas ligeramente flexionadas y el peso del cuerpo llevado hacia los talones y la parte externa de los pies. El hombre está detrás de la mujer y la abraza poniendo sus manos sobre el vientre junto a las de ella. Ambos sienten el contacto entre ellos y con el bebé.
Movimiento y respiración: Manteniendo manos, codos y hombros sin tensión, se describen círculos con la pelvis hacia un lado durante 2 minutos y luego hacia el otro 2 minutos más. Las rodillas no se mueven, gira la pelvis sobre los fémures. Se percibe y descubre toda la amplitud de movimiento que tiene la pelvis, se siente al bebé percibiendo sus reacciones ante el movimiento. Se permite que el movimiento sea cada vez más libre y amplio.
Precauciones: En caso de embarazo gemelar o riesgo de parto prematuro no es conveniente realizar la modificación del arquero, tampoco durante el primer trimestre de gestación. En estos casos el estiramiento de la musculatura pélvica podría ser contraproducente.
Autora: Tere Puig
Fuente: AhoraYoga