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Proteínas. La avena tiene seis de los ocho aminoácidos (componentes esenciales de las proteínas) que requiere el ser humano para regenerar tejidos y crear hormonas, lo cual es muy considerable si se compara con el trigo, que contiene sólo uno, o la cebada y el centeno, que no poseen uno solo.
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Grasas. La composición de este cereal incluye aceites insaturados y ácido linoleico, mismos que, a diferencia de las grasas de origen animal, son fáciles de asimilar y saludables.
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Hidratos de carbono. Son sustancias que proporcionan energía; en concreto, los que posee la avena son de lenta absorción, por lo que ayudan a mantener niveles de glucosa estable y evitan la sensación de sueño que se presenta entre desayuno y comida, ocasionada porque el cerebro y músculos cuentan con pocos azúcares para realizar sus funciones (hipoglucemia). También ayudan a soportar mejor la fatiga que se genera al someterse a estrés.
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Vitaminas y minerales. Entre todos los cereales, la avena es el que más de estos nutrientes aporta. Vitaminas E, B1, B2, B3 y B6, además de calcio, hierro, zinc, fósforo, magnesio, potasio, cobre y sodio están presentes en grandes cantidades.
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Fibra. Bajo este nombre se conoce a una familia de carbohidratos que ha acaparado la atención en tiempos recientes, pues aunque su aportación nutricional es mínima ayuda a mejorar la digestión, previene estreñimiento y reduce la absorción del colesterol dañino.
- Betaglucanos. Son componentes que absorben grasa, colesterol y ácidos biliares, por lo que ayudan a desecharlos y a evitar que sean absorbidos durante la digestión.
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Es ideal para personas que sufren desgaste físico por su actividad, como deportistas, niños o estudiantes, y para quienes se sienten cansados, sin fuerza y con estrés. Ello se debe a sus carbohidratos, utilizados por el organismo para obtener energía, y a las vitaminas del complejo B, que contribuyen al buen funcionamiento del sistema nervioso y calman la ansiedad.
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No engorda e incluso ayuda a controlar el peso, debido a que contiene fibra que sacia el apetito durante largo tiempo y ayuda a disminuir la asimilación de grasas en el intestino.
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Es un buen aliado contra estreñimiento, diarrea y ardor estomacal, gracias al efecto protector de fibra y betaglucanos en las paredes de intestinos y sistema digestivo en general.
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Impide la asimilación excesiva de colesterol, de modo que contribuye a evitar problemas circulatorios como arterosclerosis (acumulación de grasa en venas y arterias), que es factor de riesgo para padecer infarto cardiaco.
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Puede formar parte de la dieta del paciente con diabetes, pues regula los niveles de azúcar en sangre y favorece la actividad del páncreas (glándula encargada de generar insulina).
- Contribuye al desarrollo del feto durante el embarazo y estimula la producción de leche materna rica en vitaminas y minerales.
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Sus partículas absorben la suciedad y las células muertas, respetando y cuidando la estructura cutánea.
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El fósforo que contiene hace que el agua tenga acción suavizante y relajante en la piel.
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Al estar compuesta de lípidos y substancias absorbentes de agua, evita la deshidratación de la piel y mantiene una barrera protectora frente a las agresiones externas.
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Sus proteínas ayudan a el equilibrio de grasa sea adecuado.
- Produce acción hidratante y emoliente sobre la piel.
Composición de la avena por cada 100 gr.
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Agua |
8,2 gr.
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Energía |
389 Kcal
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Grasa |
6,9 gr.
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Proteína |
16, 8 gr.
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Hidratos de carbono |
66, 27 gr.
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Fibra |
10, 6 gr.
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Potasio |
429 mg
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Sodio |
2 mg
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Fósforo |
523 mg
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Calcio |
54 mg
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Magnesio |
11 mg
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Hierro |
4,7 mg
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Zinc |
3,9 mg
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Vitamina C |
0 mg
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Vitamina B1 |
0, 76 mg
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Vitamina B2 |
0, 13 mg
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Vitamina B6 |
0, 11 mg
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Vitamina A |
0 UI
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Vitamina E |
0, 70 mg
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Folato |
56 mcg
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Niacina |
0, 323 mg
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Fuente: Deporte sin Quimica