Lesionarse es el miedo de todo deportista, ya que una lesión supone un retroceso en la evolución propia de los entrenamientos, ya que supone un parón. Por ello es necesario tener unos principios básicos a la hora de evitar que la lesión sea una realidad. En esta ocasión queremos destacar cinco puntos a tener en cuenta a la hora de entrenar para no lesionarnos.
Saber escuchar a nuestro cuerpo
Ante todo y sobre todo debemos saber cuáles son nuestros límites. Cada persona es capaz de llegar hasta un punto, ya que no todos somos iguales a la hora de entrenar ni genéticamente estamos preparados para llegar a las mismas metas. Por ello lo principal es saber escuchar a nuestro organismo y no forzarlo a hacer cosas que no es capaz. El entrenamiento es algo progresivo que debemos mejorar día a día, lo mismo que las marcas que vamos a lograr con cada ejercicio.
Nunca debemos entrenar hasta la extenuación ni cargarnos con mucho peso o distancias muy largas en el caso del ejercicio aeróbico, ya que los riesgos de lesión aumentan considerablemente y por ello debemos saber graduar los avances y adecuarlos a la situación de nuestro organismo y al momento en el que nos encontramos. Nunca hay que forzar porque sí.
Evitar el dolor
El dolor no es un síntoma del trabajo bien hecho. Muchas personas piensan que si no hay dolor no hay desarrollo ni evolución. El dolor es un signo que el cuerpo tiene para avisar de que algo no está funcionando de manera correcta dentro. En el caso del deporte, cuando aparece el dolor no debemos seguir entrenando, ya que el próximo paso es una lesión que puede acabar en algo más grave que nos mantendrá parados por más tiempo. Por ello si aparece el dolor debemos dejar de entrenar.
Un buen equipamiento
Elegir bien el equipamiento que vamos a utilizar durante los entrenamientos es esencial, al igual que saber escoger los mejores ejercicios y las mejores máquinas para trabajar cada grupo muscular, ya que de ello dependerá el correcto desarrollo del ejercicio. Una mala postura debida de un mal equipamiento o una mala colocación a la hora de hacer el ejercicio será el detonante de una futura lesión que nos pasará factura. Por ello siempre debemos controlar la postura en todo momento y evitar forzarla con giros arriesgados.
El descanso
El descanso es esencial para mantener los músculos y las articulaciones en perfecto estado. El ejercicio es fundamental, pero también lo es su recuperación para evitar tensiones que pueden deparar en una lesión. Por ello debemos guardar un periodo entre los días en los que vamos a entrenar un determinado grupo muscular. Este descanso también pasará por calentar correctamente antes de entrenar y estirar al final de los entrenamientos para acelerar esa recuperación.
Realizar entrenamientos cruzados
Llevar a cabo entrenamientos cruzados es otra manera de evitar lesionarnos. Estos entrenamientos consistirán en que cada jornada de entrenamiento tocaremos un determinado grupo muscular para así mantenernos siempre activos y haciendo deporte, pero evitando de este modo trabajar siempre los mismos grupos musculares sometiéndolos a tensiones que pueden acabar pasándonos factura y desembocando en una lesión.
Fuente: Fisicoculturismo y Fitness