Desmontando el mito de no comer hidratos por la noche

Uno de los grandes mitos que sobrevuelan todos los gimnasios, por no hablar de bares, peluquerías, estaciones de tren o programas de televisión es la idea de que no se debe ingerir hidratos de carbono por la noche puesto que el organismo los convierte en grasa. Debe ser que nuestro organismo viene con esta maquinita de serie porque de otra manera resulta ridículo pensar que este proceso es tan sencillo y directo.

En primer lugar todo deportista necesita hidratos para recuperar los depósitos deplecionados de glucógeno (forma del organismo de almacenar los hidratos) durante el ejercicio. Da igual la naturaleza del deporte que practiques, incluso en aquellos que se desarrollan a baja intensidad, el consumo de glucógeno es importante. Incluso durmiendo o en absoluto reposo un 30% de las calorías consumidas provienen de este sustrato.

Si tenemos en cuenta que durante la noche se produce la mayor parte de la recuperación, de hecho precisamente para esto sirve el sueño, debido a que es precisamente en esta parte del día cuando contamos con el entorno hormonal favorable para ello, donde las hormonas anabólicas como testosterona y hormona del crecimiento alcanzan su pico, y además los hidratos son necesarios para la correcta utilización de la proteína debido a su efecto sobre la insulina, no contar con los nutrientes necesarios que faciliten este proceso sería uno de los mayores errores que podría cometer un deportista.

¿Realmente creéis que un futbolista, tenista, ciclista o maratoniano no toma hidratos por la noche por miedo a engordar? ¿Si es básicamente esto lo que comen como es que no salen a competir al día siguiente con un kilo de más?

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