Ingerir demasiada azúcar puede ser perjudicial para nuestro cerebro. Según un estudio de la Universidad de California en Los Ángeles (EE.UU.), una dieta rica en fructosa produce alteraciones en el cerebro, la memoria y el aprendizaje que dificulta la capacidad cerebral. El trabajo, que se publica en Journal of Physiology, muestra además que los ácidos grasos omega-3 pueden contrarrestar dicho proceso.
Los investigadores analizaron un tipo de jarabe de maíz, rico en fructosa y seis veces más dulce que el azúcar de caña, que se añade de forma habitual a los alimentos procesados, como las bebidas gaseosas, condimentos y alimentos para bebés.
Según los estudios realizados, altos niveles de fructosa en nuestra alimentación, pueden dañar nuestra capacidad de reacción disminuyendo la actividad sináptica. Por otro lado, este estudio revela que los ácidos grasos omega-3 protegen contra el daño que se produce en la sinapsis -las conexiones químicas entre las células cerebrales que permiten a la memoria y el aprendizaje-.
Por lo que según este estudio, tomar demasiada fructosa, podría bloquear la capacidad de la insulina de regular la función de las células para procesar pensamientos y emociones.
Fuente: Ingesport Noticias