Según se desprende de un reciente estudio, correr entre una y dos horas semanales aumenta la esperanza de vida en 6,2 años para los hombres y en 5,6 años para las mujeres. La clave está en correr con regularidad sin realizar esfuerzos exagerados.
Claramente, correr a ritmo moderado regularmente, sin necesidad de realizar un sacrificio, es lo mejor para aumentar la longevidad, pues quienes no corren o lo hacen a alta intensidad y frecuencia, tienen más riesgo de muerte.
La carrera facilita la captación del oxígeno, aumenta la sensibilidad a la insulina y mejora el perfil lipídico al mismo tiempo que reduce el riesgo de trombosis e inflamación, por lo tanto, correr a ritmo moderado es suficiente unas dos horas a lo largo de la semana, para vivir más y mejor.
El estudio muestra una vez más que no es imprescindible sacrificarse y esforzarse grandemente para obtener beneficios de la actividad física sobre la salud y la esperanza de vida.
Fuente: Fisicoculturismo y Fitness