Challenge Barcelona-Costa del Maresme 2012: DNF

En ocasiones no salen las cosas como uno se imagina. Muchos y duros meses de entrenamiento con un claro objetivo, que no era otro que el de completar este tri de distancia IM en un tiempo aproximado de 9h30′ y de paso luchar por el campeonato de España de mi categoría (30-34 años). Pero este sueño ya empezó a desvanecerse los días previos a la carrera, celebrada el 30 de septiembre.
Durante esa semana una inoportuna faringitis hizo acto de presencia y pese a cuidarme y a tratar de que no evolucionara, el estado en el que me encontraba de forma, que inicialmente era muy bueno, me jugó una mala pasada y una bajada de defensas provocó que esta afectación de la faringe desembocara en una fuerte mocosidad y flojera los 2 días previos a la competición.

Llegué a Calella el sábado por la mañana y durante ese día ya no me encontraba muy fino. Si a eso le sumamos las lluvias y la bajada de temperaturas durante toda la jornada, el resultado fue que me acosté a las 22:00h, la víspera del Challenge, con un poco de fiebre y sin tener las cosas claras sobre si iba a competir al día siguiente o no.
Sorprendentemente, después de pasar una noche un tanto inquieta, me desperté sin fiebre y animado para tomar la salida. A las 6:00am estaba en pie y poco después desayunando. Como curiosidad, el check in de la bici lo hicimos esa misma mañana todos los participantes (entre las 6:30 y las 8:00) ya que la organización lo decidió así debido al temporal que hacía el día anterior.

Con Alberto (finisher en su primer IM con 10h55)

Al ser un triatlón de larga distancia (3.8 kms swim + 180 kms bike + 42.2 kms run) de la franquicia Challenge, las salidas son por grupos de edad, así que yo salí a las 8:45am, junto a algo menos de 300 triatletas.
Los 3800m de natación los completé en 1h01′, dentro del tiempo previsto inicialmente, y nadando cómodo desde el principio, sin recibir golpes y girando bien en todas las boyas. De momento el cuerpo respondía…

Tras una transición de algo más de 4 minutos cojo la bici y afronto los 180 kms de recorrido, con unos 700m de desnivel positivo acumulado (vamos, un circuito prácticamente llano), al que teníamos que dar dos vueltas largas (75 kms cada una) y otra más corta final (30 kms).
Había depositado mucha confianza en el sector de bici este año, ya que la había trabajado bastante y me encontraba muy fuerte a tenor de los entrenamientos de calidad que había realizado. Los primeros 75 kms lo solventé sin problemas, llevando una media de unos 37 kms/h, pero a partir de ahí me fueron mermando las fuerzas, sintiéndome sobretodo las piernas cada vez más débiles y sufriendo sobretodo en los últimos 30 kms del circuito, completando la bici en 5h14′, cuando la peor de mis previsiones estaba en 5h10′ y la más optimista en 5h justas.
Al llegar a la T2 ya veo que esto se me va a hacer muy duro ya que estaba experimentando unas sensaciones muy raras, de cansancio extremo, cosa que no había sentido nunca en ninguno de los otros 4 IM que he hecho.
Salgo de la carpa de transición, conecto el Garmin, y solo me hace falta recorrer 500m para ver que hoy no sería de nuevo finisher.
Los kilómetros pasan inusualmente lentos (entre 4’40 y 4’50, cuando la previsión era de ir a unos 4’15-4’20), pero lo peor de todo era la sensación de disnea (asfixia) que tenía y la cantidad de mocos que expulsaba y que no me dejaban respirar bien. Llego al primer avituallamiento, pasados el km5, y ahí ya me paro para hidratarme, caminar un poco y recuperar el aliento. De nuevo, me pongo a correr (bueno, mejor dicho trotar a 5’15-5’30/km) y no duro más de dos kms, abandonando la competición definitivamente en el km7 de la maratón, con mucho frío y con dificultades respiratorias.
Un palo muy grande pero como se dice en estos casos: una retirada a tiempo es como una victoria.
Como me dijo un amigo: «La preparación que llevabas nunca cae en saco roto, será la base para el próximo IM». Con eso es con lo que me quedo.. Y, cómo no, con los buenos entrenos y lo bien que me lo he pasado realizándolos este año, ya que puedo afirmar que han sido unos 3 meses, de julio a septiembre, en los que he disfrutado como un enano de la bici, de la natación y de la carrera a pie.
Por cierto, al día siguiente del Challenge fui al hospital de urgencias a que me «revisaran», ya que seguía muy débil y con mucha tos y mocosidad. Al explicarle al doctor lo que había hecho el día anterior, y tras hacerme unas placas de tórax, no sabía si darme un premio o colgarme de un pino: había llegado hasta el km7 de la maratón de un IM con una bronquitis aguda bacteriana a cuestas… Toma ya!!!

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