Anemia de corredores

El resultado es cansancio, sueño y muy, pero que muy malas sensaciones durante el entrenamiento.

Aunque hay diferentes tipos de anemias descritas, la ferropénica por falta de hierro, es la más común. Se define como un descenso de la masa de glóbulos rojos, o la disminución de la hemoglobina a valores por debajo de 13 g/dl en hombres o 12 g/dl en mujeres.

En los deportistas el hierro es un mineral de primera necesidad. Alrededor del 30% del hierro total se almacena en forma de ferritina y hemosiderina, y una pequeña parte se une a la transferrina.

Se han encontrado deficiencias de hierro en el 14% de los corredores aunque hay otros deportes donde la anemia ferropénica es culpable de la fatiga y la pérdida de nivel, sin ser modalidades de resistencia. Por esto, si el deportista no rinde la primera sospecha es la anemia. Se hace analítica para ver los niveles de hemoglobina, glóbulos rojos, hematocrito, transferrina, hierro y ferritina.

El valor más indicativo es el de la ferritina, la proteína que se une al hierro y lo almacena. Los niveles de ferritina por debajo de 30 ng/ml en hombres o 14 ng/ml en mujeres son la primera alarma de anemia ferropénica. El índice de saturación de la transferrina, que nos informa de cómo se transporta el hierro cuando no se encuentra en los glóbulos rojos, también puede indicar déficit de hierro.

FALSA ANEMIA
Algunos/as deportistas presentan niveles más bajos de hemoblobina, glóbulos rojos y hematocrito, pero no sufren una anemia verdadera, es lo que se denomina falsa anemia del deportista. Está provocada por la hemodilución de la sangre, ya que el volumen plasmático de un deportista puede llegar a crecer hasta el 20%, por lo que las células sanguíneas se encuentran diluidas en más líquido, pero son suficientes y funcionan igual. En estos casos la concentración de hemoglobina está por debajo de 14 g/dl en hombres y de 12g/dl en mujeres. No necesita tratamiento porque no es una alteración.

ANEMIA POR DESTRUCCION MECANICA
Es un tipo de anemia que aparece en las personas que practican deportes con impacto contra el suelo, como las carreras de fondo, maratón, jugadores de baloncesto, etc. Los repetidos apoyos del talón contra el suelo pueden debilitar la membrana de los glóbulos rojos, lo que provoca un aumento de su destrucción o hemólisis, disminuyendo los niveles de hemoglobina. En estos casos, disminuye el número de glóbulos rojos, aunque el hierro se recicla para volver a utilizarse y se forman nuevos glóbulos rojos. No se suele tratar.

ANEMIA FERROPÉNICA EN FONDISTAS
Es la anemia más común en las personas deportistas, especialmente las que practican ejercicio intenso y de larga duración, como maratón, largas distancias, resistencia, fondo, etc. Con el entrenamiento intenso, en cantidad y calidad, los/las deportistas son más propensos/as a sufrir carencias de hierro, a pesar de seguir una dieta equilibrada.

Esta deficiencia de hierro, suele provocar una disminución del rendimiento y la aparición de mayor cansancio y fatiga. La mejor manera de prevenir la anemia es siguiendo una alimentación variada y equilibrada. La mayoría de las personas piensan que basta con tomar alimentos ricos en hierro o suplementos de hierro para prevenir la anemia, pero hay que tener una visión más amplia a la hora de alimentarse correctamente.

El metabolismo funciona en equilibrio, y hay otras vitaminas y minerales que no deben faltar para que el hierro se absorba y almacene adecuadamente o para que las células sanguíneas se formen correctamente. La vitamina C mejora la absorción de hierro en el sistema digestivo. El ácido fólico y la vitamina B12 intervienen en la formación de las células sanguíneas. Los minerales como el cobre, cobalto, manganeso y zinc deben estar en equilibrio con el hierro. La vitamina E y los flavonoides ayudan al factor intrínseco necesario para la absorción del hierro. Como puedes ver, la mejor manera de evitar problemas es comer de todo y en su justa medida.

Es más fácil evitar una anemia que curarla, así que llena tu plato de alimentos sanos y naturales para tener una sangre bien nutrida.

SÍNTOMAS:
– cansancio generalizado
– falta de apetito
– palidez de piel
– conjuntivas y mucosas
– palpitaciones
– taquicardia
– dificultad para respirar durante el ejercicio
– dolores de cabeza
– mareos
– hipersensibilidad al frío
– trastornos digestivos
– pérdida de la menstruación
– cambios de humor
– irritabilidad
– pérdida de la libido
– falta de concentración

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