Mejorar la resistencia aeróbica es posible corriendo durante períodos prolongados, por el principio básico que los expertos aconsejan llevar a cabo entrenamientos de tipo repetitivo.
Asimismo y para lograr mayor resistencia aeróbica el secreto está en correr de forma frecuente ya que cuantas más veces por semana se entrene corriendo, sumando a ello más minutos y distancia se llegará a obtener una resistencia óptima.
Un ejercicio bueno y saludable pero que también tiene sus reglas como el horario, sobre todo durante el verano y el terreno elegido para hacerlo, sumándose a estas dos premisas el hecho de tener en cuenta que no es lo mismo correr una maratón que hacerlo como entrenamiento para mejorar la resistencia aeróbica.
Para comenzar a mejorar las propias marcas y ganar resistencia será necesario correr como mínimo tres veces a la semana, siendo a elección de cada atleta tanto el tiempo como la distancia a recorrer.
Por otra parte y si el objetivo es mejorar la resistencia también es posible añadir rutinas como ciclismo tanto al aire libre, como en el gimnasio o en casa, algo que mejorará la musculatura y el cuerpo irá acostumbrándose y no se sentirá cansancio y fatiga ya que los músculos se habrán fortalecido.
Es esencial utilizar ropa confortable, un buen calzado y calcetines, además de llevar agua para mantenerse hidratado durante la actividad.
Las superficies cobran también protagonismo ya que cada una de ellas ofrece una resistencia diferente, a pesar que también deben tener en cuenta detalles como el hecho que las superficies duras no absorben tan bien el impacto en aquellas personas que tienen el arco de pie alto.
Así por ejemplo, una superficie de cemento es más equilibrada y es la opción que tienen quienes viven en la ciudad, pero tiene como problema que el cuerpo no puede absorber todo el impacto que siempre será importante.
Como contrapartida correr sobre hierba produce un impacto mínimo y puede combinarse con el entrenamiento en cemento ya que ayuda a la recuperación.
La tierra ofrece un buen apoyo y los expertos recomiendan que este tipo de suelo sea el elegido por lo menos para realizar la mitad del recorrido a pesar que la superficie es irregular.
Superficies más suaves que el asfalto y el cemento como la arcilla presentan ventajas ya que el impacto es menor a pesar que si se encuentra muy seca puede tornarse más dura que el cemento durante el verano.
Salir a correr no solo aumenta la resistencia sino que beneficia el sistema óseo y aumenta la energía, mejora el sistema cardiovascular, produce mayor cantidad de endorfinas que mejoran el ánimo y por sobre todo optimiza la calidad de vida.
Fuente: Ejercicios y Fitness