Precisamente con el deseo de concienciar a los mayores de la importancia de hacer ejercicio, han comenzado a proliferar en los últimos tiempos los denominados “parques geriátricos”, espacios verdes ubicados en las ciudades y compuestos por columpios que ayudan a las personas mayores a mejorar la movilidad, aumentar la flexibilidad y tonificar la musculación. El objetivo es poner la práctica de la actividad fisica al alcance de todos, siempre y cuando se acuda antes al médico para que prescriba el tipo, la frecuencia y la intensidad adecuada del ejercicio.
Ventajas
El ejercicio regular es bueno para cualquier persona. Sus beneficios sobre la salud son evidentes y, en el caso de los mayores, adquiere una importancia especial porque ayuda a mejorar el funcionamiento de prácticamente todos los sistemas y aparatos orgánicos. Además, reduce los niveles de colesterol, controla el peso corporal y ejerce un efecto positivo sobre el aparato cardiovascular. La Actividad física es, en definitiva, una manera efectiva de envejecer con calidad de vida.
Para el secretario de la Federación Española de Medicina del Deporte, Pedro Manonelles, además de los beneficios mencionados, “la actividad física puede reducir la tensión arterial, permite a las personas hacer actividades de mayor duración sin presentar fatiga y, a nivel respiratorio, mejora el funcionamiento de los pulmones”. Pero los beneficios continúan: “aumenta la función muscular, previene algunos problemas como caídas, inestabilidad o situaciones de falta de autonomía, mejora ante determinados tumores, como el cáncer de colon, y se ha demostrado que la actividad regular es capaz de ayudar a los tratamientos de fijación de calcio en los huesos de una forma muy notable”.
El secretario general de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), Javier Gómez Pavón explica; “Es muy sencillo, si un coche no se mueve, acaba estropeándose y si un cuerpo no se mueve, acaba muriéndose”. A su juicio, el ejercicio es necesario no sólo para mantener un buen estado de salud, sino que ayuda también a disociar los términos envejecimiento y dependencia porque la persona que practica deporte se siente más activa y “es capaz de vivir libre de dependencia hasta casi el final de su vida”.
Últimamente, el volumen de personas entre 65 y 85 años en centros deportivos está aumentando considerablemente porque en las consultas se empieza a recomendar acudir a estos centros. Además, la actividad física es también un buen fármaco contra los problemas psicológicos, puesto que mejora la autoestima y disminuye la tendencia a la ansiedad. A veces es más importante que el monitor hable y muestre su cariño a las personas mayores, que enseñar a realizar un simple ejercicio.
Los ejercicios más recomendados
Cuando se quiere utilizar el ejercicio en el contexto de una enfermedad, la prescripción debe recaer siempre en el médico (médico del deporte o cardiólogo en el caso de pacientes cardíacos). Aparte de realizar ejercicio en el gimnasio, estas personas pueden hacer ellos solos el mantenimiento de una vida activa. Por esto, recomiendo:
Cuando se quiere utilizar el ejercicio en el contexto de una enfermedad, la prescripción debe recaer siempre en el médico (médico del deporte o cardiólogo en el caso de pacientes cardíacos). Aparte de realizar ejercicio en el gimnasio, estas personas pueden hacer ellos solos el mantenimiento de una vida activa. Por esto, recomiendo:
- Caminar siempre que se pueda.
- Colaborar en las tareas de limpieza de la casa.
- Colaborar en las labores de jardinería.
- Acudir a pie a la compra.
- Subir y bajar escaleras.
El ejercicio en la persona mayor debe adaptarse a sus propias características, es decir, debe practicarse de acuerdo a las enfermedades y posibilidades de cada uno. La Actividad más beneficiosa para los mayores de 65 años es las clases de Fitness en grupo ( Body Vive) que han sido creadas por expertos (médicos, psicólogos, fisioterapeutas y entrenadores), que facilita además el contacto social.
Por otra parte, es muy importante caminar con amigos y superarse un poquito cada día, es decir, caminar unos metros más hasta conseguir la distancia que el propio cuerpo aguante, sin fatigarle ni agotarle en exceso.
Hay que tener cuidado, no obstante, con las posibles contraindicaciones de la actividad física, por lo que se propone que los pacientes hipertensos no hagan ejercicios de fuerza, como coger pesas de una carga considerable, ni que una persona que tenga un peso excesivo corra, porque es evidente que en cada zancada va a soportar un gran peso en cada rodilla. En este sentido, recomiendo analizar cada caso de manera individual y realizar un examen médico previo, aunque subrayo que a pesar de las contraindicaciones que pueda presentar una persona mayor, se puede elaborar un programa específico adaptado para ella. Incluso en las clases en grupos, se pueden escoger las opciones de trabajo personal adaptado a las circunstancias específicas de cada persona.
Un último aspecto a tener en cuenta es que el programa de ejercicios en gimnasio debe trabajarse, siempre que se pueda, en grupos. Además, debe cuidarse especialmente el calentamiento, practicar estiramientos adaptados a la tercera edad, trabajar la movilidad articular e ir al menos 3 veces por semana al gimnasio. Y los resultados, vienen muy rápidos¡.
Fuente: Fitness Sergio Llull