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A principios de año siempre me vuelvo como el consultorio de la «señorita Pepis»: amigos y conocidos vienen en busca de consejo para comenzar bien el nuevo año desde el punto de vista físico. La verdad es que yo estoy encantada de poder echar una mano con algún consejillo, para qué os voy a decir lo contrario. La pregunta estrella suele ser «¿qué como después de Navidad para bajar los kilos que he subido?», así que vamos a dar unos puntos principales para volver a sentirnos bien en el menor tiempo posible.
- Dieta mediterránea: nada de dietas estrictas o extrañas en las que se elimina casi totalmente algún tipo de nutriente. Lo mejor es comer de todo controlando las cantidades, y la dieta mediterránea es lo mejor en este caso: mucha verdura, proteínas de calidad y carbohidratos altos en fibra. No en vano esta dieta fue nombrada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad en 2010. La tradicional triada mediterránea, formada por el trigo, la vid y el olivo, nos da las claves para una alimentación correcta.
- Come cada poco tiempo: no quiero caer en la trampa de dar un número concreto de comidas a realizar, porque cada persona es diferente, pero la norma de las 5 comidas al día me parece bastante correcta. Desayuno, media mañana, comida, merienda y cena para no llegar con hambre a ninguna de las comidas. Ojo con aumentar la cantidad de comida en cada toma: se trata de repartir la cantidad correcta en cada uno de los cinco momentos clave.
- Desayuna como un rey, come como un príncipe, cena como un mendigo: esta regla puede aplicarse en cuanto a la cantidad de alimentos a ingerir y es bastante lógica. Debemos desayunar fuerte, ya que venimos de un ayuno prolongado después de dormir, y aún nos queda todo el día por delante. La comida debe permitirnos recargar energías que nos duren para la tarde. Tras la cena, previsiblemente, lo único que nos queda es marcharnos a dormir, así que no necesitaremos tanta energía: una cena ligera es lo más correcto para conseguir un descanso adecuado.
- Reparto de proteínas y carbohidratos: los carbohidratos son los encargados de proporcionarnos energía, de modo que debemos consumirlos en la primera mitad del día, cuando nos queda todo por hacer. Las proteínas son los «ladrillos» de los que están hechos los músculos, así que no podemos borrarlas sin más de nuestra dieta: podemos ingerirlos en la comida y cena para reparar órganos y tejidos.
- Mucha fruta y verdura: perfectas opciones para cubrir nuestras necesidades vitamínicas y saciar nuestro apetito sin cargar calorías extra. Un zumo en el desayuno, una ensalada en la comida, una pieza de fruta a media mañana y a media tarde, y verdura cruda o al horno en la cena… y ya tenemos cubiertas las 5 porciones diarias.
Y además… ¡muévete! 30 minutos de ejercicio diario no son nada difíciles de realizar. Si no eres un fan del fitness o del gimnasio, siempre puedes optar por caminar hasta el trabajo, cambiar el ascensor por las escaleras, pasear a buen ritmo… hay muchas opciones a nuestra disposición: ¡no busques excusas!
Y vosotros, ¿cómo os recuperáis tras las Navidades?
Fuente: Lady fitness