Yoga con bebés

Si ya tienes a tu bebé y buscas algo que hacer juntos/as… ¡Bienvenidos/as! Qué mejor que encontraros con otras mamás y bebés en un entorno tranquilo y acogedor, para dedicaros un ratito especial, fuera del ajetreo cotidiano (prisas, móviles, interrupciones, etc.). Sólo asistiendo a unas poquitas clases, ya podrás saborear la esencia del yoga y comprobar cómo unas respiraciones profundas, unos sencillos estiramientos, posturas, relajación… te aportan el descanso que necesitas.

Ocasión para desconectar del mundo para conectar tú y tu bebé, disfrutarás cuidándote al tiempo que estáis juntos/as: a veces más cerquita y pendiente de él/ella (puedes perfectamente hacer una pausa para alimentarle, cambiarle el pañal…) y otras, sobre todo cuando el/la bebé ya quiere explorar un poco más por su cuenta o relacionarse con otros bebés, prestándote atención a ti misma sabiendo que estáis en un entorno seguro donde puedes relajarte.

Si ya eras practicante de yoga antes de ser mamá, verás que estas clases son muy diferentes de lo que estás acostumbrada. Es importante aprender a fluir y no forzar nada, si no estáis cómodos/as ambos/as no lo disfrutaréis igual; así que mi recomendación es que abandones las expectativas que tengas y viváis la experiencia tal cual. Otra cosa es que tú como persona-no-sólo-mamá, necesites para tí esos ejercicios de yoga que tan bien te sientan, que tu espalda echa de menos, etc. ¡Estupendo! En ese caso intenta acudir además a clases de yoga sin tu bebé cuando tengas ocasión. Este es un espacio compartido, es como un ritual precioso que podéis cuidar.

Me encanta cuando los bebés reconocen el momento ‘yoga‘, algunos hasta se apuntan a entonar (a su manera, claro) el mantra inicial, llenan el espacio con sus gorjeos, o sus llantos, y las mamás se permiten estar, estar con todos sus sentidos ‘aquí y ahora‘… Antes de ser mamá no entendía cuando me decían al acabar la clase «¡aaahhhhh, qué bien!¡uf, cómo lo necesitaba«. A veces pensaba «jo, pero si no hemos hecho nada…»: claro, nada para lo que era mi costumbre dar en las clases antes.

Dejé de frustrarme al ver sus caras alividadas y radiantes y a los bebés felices. Al ser mamá me di cuenta de que efectivamente, sólo poder desconectar-conectar un ratito, respirar, estirarnos, jugar con los bebés, relajarnos, bailar, cantar un mantra… es un montón, en algunos momentos. ¡Gracias por vuestra confianza y por permitirme seguir aprendiendo!

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Fuente: Yoga con bebés

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