Las rodillas son una parte importante a la hora de trabajar las piernas y de realizar ejercicios en los que esta parte del cuerpo está muy involucrada. Estas articulaciones son las que sueles recibir la mayoría de los impactos a la hora de llevar a cabo este tipo de actividades. Es importante por ello que cuidemos las rodillas al máximo, y por ello en esta ocasión queremos destacar un ejercicio que nos ayudará a conseguir unas rodillas fuertes sin darnos cuenta.
Las rodillas son la parte de las piernas donde el cuerpo recibe todos los impactos a la hora de realizar diferentes actividades como la carrera, elevación de cargas… Es por esto que las rodillas suele ser una de las articulaciones que más se resiente a la hora de practicar deporte. Habitualmente solemos dar consejos para evitar dañar esta parte de las piernas y mejorar su estado mediante la ingesta de alimentos que refuercen las articulaciones, pero además de esto es necesario que tengamos en cuenta que fortalecer los músculos que las rodean es esencial.
Conseguir unos cuádriceps fuertes y unos isquiotibiales que sepan responder es esencial a la hora de mantener unas rodillas en perfecto estado. Para conseguirlo lo que necesitamos es trabajar los músculos que las rodean, y la mejor manera de conseguirlo es a través de un ejercicio sencillo para el que simplemente utilizaremos nuestro cuerpo y unas mancuernas que sujetaremos con cada mano para ofrecer una resistencia a la hora de ejecutar el ejercicio.
Realización del ejercicio
Para comenzar con este ejercicio nos colocaremos de pie mirando al frente con una mancuerna en cada mano. Lo que haremos será llevar una de las piernas hacia atrás lo máximo que podamos, de modo que la otra quede por delante doblada por la rodilla. Es importante que la rodilla no sobrepase al doblarse la punta del pie, ya que de este modo lo que sucederá es que toda la tensión del ejercicio la llevará la articulación, siendo esto precisamente lo que queremos evitar con este ejercicio.
Partiendo de esta postura lo que haremos será mantener la espalda recta y los brazos cada uno a un lado sin moverse mientras estamos realizando el ejercicio. La manera de hacerlo es sencilla, simplemente debemos doblar la rodilla de la pierna que tenemos más atrás sin llegar al suelo, de modo que subamos y bajemos nuestro cuerpo mediante la acción de las piernas. Esto lo que implicará será un trabajo muscular elevado que nos ayudará a fortalecer las piernas.
Este movimiento lo debemos realizar de diez a doce veces con ambas piernas, ya que cuando acabemos una serie la realizaremos con la otra pierna para mantener un equilibrio perfecto que nos ayudará a conseguir los objetivos que nos proponemos. Es muy importante controlar la colocación de las piernas a lo largo de todo el ejercicio y de mantener el equilibrio para no tambalearnos de un lado a otro con la carga. Para ello lo más aconsejable es comenzar con nuestro propio peso para después poco a poco añadir carga.
Este ejercicio nos ayudará a conseguir unas rodillas más resistentes y fuertes mediante el trabajo de los músculos que las rodean. De este modo podremos afrontar las rutinas y los ejercicios en los que se ven implicadas mucho mejor. Pero eso sí, no debemos descuidar la alimentación ni el equipamiento que utilizaremos a la hora de hacer ejercicio, pues el calzado es fundamental para evitar el impacto que se produce al pisar en el suelo y que afecta a las rodillas.
Fuente: Ejercicios y Fitness