Entrevista John Eaton, doctor en Psicología, creador del método Reverse Therapy. Por Imma Sanchís.
Fuente: La Vanguardia
Tengo 53 años. Nací y vivo en Londres. Casado y con dos hijos y una nieta. Licenciado en Filosofía y doctorado en Psicología, pero desde el año 2002 sólo trabajo con la Reverse Therapy. Debería haber menos gobierno. Soy liberal y poco espiritual. Me interesa la filosofía budista
Cómo llegó a la Reverse Therapy?
En 1996 mi esposa desarrolló una enfermedad neurológica autoinmune: neurosarcoidosis. Los dedos de los pies y de las manos y parte de la cara se le inflamaron hasta quedar paralizados.
Usted entonces era psicoterapeuta…
Las causas de las enfermedades autoinmunes (el organismo ataca las propias células) son desconocidas, pero cada vez está más claro que los factores emocionales son importantísimos en su evolución. Ivonne arrastraba problemas en el trabajo, dos hijos pequeños y pérdidas familiares.
… Y quiso ayudarla.
Sí, me puse a trabajar con las teorías del doctor Ernest Rossi, que demostró que los síntomas aparecen cuando la inteligencia corporal recuerda experiencias difíciles y almacena esa información en el cerebro emocional, y en cualquier parte del cuerpo, en forma de memoria química.
¿Al vivir una experiencia similar se activa la memoria química del cuerpo?
Sí, la conciencia del cuerpo utiliza los síntomas como código para mostrarnos que nos encontramos ante una situación difícil que debemos gestionar.
¿Qué es la conciencia del cuerpo?
Es un tipo de inteligencia organizada cuyas funciones son: procesar emociones y recordarnos emociones vividas en el pasado, activar las glándulas y otros centros de información, los mecanismos de defensa y crear emociones para guiar nuestras acciones.
¿Esa es la base de la Reverse Therapy? Sí, entender que el cuerpo no se comunica con nosotros a través de palabras o pensamientos, sino a través de sentimientos, sensaciones o síntomas.
¿Así trata el síndrome de fatiga crónica (SFC) y la fibromialgia?
Defiendo que su causa es la manifestación, a través del cuerpo, de una serie de síntomas (alteraciones glandulares). Se trata de un trastorno del eje HPA (eje hipotálamo-pituitario y glándulas adrenales).
¿Qué provoca este trastorno?
No se trata de un problema exterior que impacta en la persona: estamos hablando de interacciones complejas entre el cerebro y el entorno, la persona, otras personas, las actitudes… Cuando la persona no logra adaptarse a determinadas circunstancias, se aumenta la carga alostática del cuerpo.
¿Qué es eso?
La cantidad de información que el cuerpo tiene que procesar. El problema es que, cuando el cuerpo detecta un error, no puede ignorarlo, tiene que intentar arreglarlo; así crea más problemas y llega el desarreglo.
¿Cómo actúa usted?
Ayudo a entender los síntomas, clarificar su mensaje y su causa, y les enseño habilidades que les ayuden a adaptarse. En un 80% de los casos los síntomas llegan a revertir a no ser que los tejidos ya estén dañados.
¿Cuál es la esencia?
Aprender a no dar tanta importancia a la mente racional. Los seres humanos tenemos un neocórtex cerebral muy desarrollado, lo que nos ha permitido crear sistemas de organización de pensamiento complejos; pero es una bendición y una maldición.
¿Por qué?
La inteligencia intelectual trabaja con normas y con reglas, y hay personas que no se adaptan bien a ellas, las sobrecargan. Al mismo tiempo, la inteligencia del cuerpo actúa como un sistema de radar y está controlando la carga alostática, busca el equilibrio.
¿La mente del cuerpo no depende de la mente intelectual?
Son semiindependientes. Si alguien tiene demasiados plazos fijos de entrega, acumula frustración y sale del trabajo con dolor de cabeza o de estómago; la mente intelectual le dice que debe continuar, pero el cuerpo no se adapta. Entonces, el cuerpo sube el cortisol para que el sistema inmunológico descienda, o sea, intenta parar a la persona para ahorrar recursos, pero la mente quiere más y no obedece: ahí tenemos la enfermedad.
¿Comprender los síntomas sana?
Tomar la acción apropiada. Tras todo síntoma subyace una emoción que ha sido ignorada. Etimológicamente, emoción viene de movimiento,produce cambios en el cuerpo químicos, neurológicos, glandulares, para llevar a un movimiento. Cuando la acción se ha tomado, se restaura el equilibrio del cuerpo y la emoción desaparece.
Entiendo.
Si esa acción que nos demanda el cuerpo no es atendida, el cuerpo irá aumentando el volumen de la emoción que se está bloqueando; así el enfado, que es una emoción primaria, se convierte en rabia, en tensiones, dolor de cabeza, náuseas…, en síntomas.
¿Cuál es su conclusión tras años tratando con pacientes?
Es algo un poco controvertido: creo que los seres humanos en Occidente somos excesivamente racionales y tendríamos que estar mucho más conscientes de nuestra inteligencia emocional y nuestra intuición.
¿Cómo educarlas?
Aumentando la conciencia, y para ello hemos de ir más despacio, escuchar más a nuestro cuerpo y menos a nuestra mente. Y creo que el problema que padecemos la mayoría es que no hemos aprendido a comunicarnos de manera eficaz. Pasamos demasiado tiempo discutiendo y poco escuchándonos. Una parte importante de mi trabajo es enseñar habilidades de comunicación.