Hoy en día le damos más importancia a la acción que a la calma, el «hacer» ha reemplazado al «ser», estamos tan preocupados por hacer, hacer y hacer que no disfrutamos de las experiencias. Ya habrá tiempo para descansar, pensamos, y ese momento nunca llega. Pero nuestro cuerpo y, sobre todo, nuestra mente y nuestro interior necesitan un poquito de tranquilidad. Normalmente asociamos el silencio o el dedicar un tiempo a estar solo, a la soledad y no tiene porque ser necesariamente así.
Fuente: MY WELLNESS LAB