Tras haber tratado el tema de la natación como actividad muy saludable pero con algún riesgo si no se hace bien y ver que surgen algunas dudas, creo que es importante saber cuándo es recomendable la natación o cuándo se requiere otro tipo de ejercicio, por ejemplo, para la recuperación de una lesión o la prevención. No todo el ejercicio es bueno, dependiendo de las circunstancias, y puede que sea necesario elegir entre natación o actividad terapéutica en piscina para tratar una lesión.
Ante la duda de si es buena la natación simplemente o se necesita actividad terapéutica para prevenir o tratar lesiones, es bueno conocer bien la diferencia entre estas actividades, puesto que guardan algún parecido, pero sobre todo presentan muchas diferencias. Que me disculpen los deportistas destacados, puesto que este es un post básico, orientado más bien a quienes no tienen las cosas muy claras.
Conceptos de natación y actividad terapéutica en piscina
Es muy frecuente que médicos u otro personal sanitario recomienden ejercicio como la natación para la prevención y/o tratamiento de lesiones, sobre todo ciertos problemas articulares y musculares de la espalda. Sin embargo, la recomendación de “nadar” no es más que una orientación, y no hay que tomarla al pie de la letra: hay que cavar algo más hondo.
El hecho de nadar, de practicar ejercicio en piscina, es positivo, pero, en ocasiones, esto puede ser insuficiente. Hablemos un poco sobre natación y otras actividades en piscina, para aclarar conceptos:
Natación: Es un ejercicio que se puede practicar de forma profesional o como aficionado. Requiere cierta técnica para cada uno de los estilos de natación, lo cual hace necesario un período de aprendizaje. Posteriormente, la persona suele realizar nado libre, una vez que ya conoce la técnica, para mejorar su estado físico.
Actividad terapéutica en piscina: Es una actividad, normalmente realizada en grupos (aunque también puede hacerse individual), donde un profesional formado propone una serie de ejercicios de cierta intensidad adaptados a las características, necesidades y patología de cada persona.
¿Por qué hago esta aclaración? Pues debido a que no es la primera vez que me encuentro que a alguna persona le recomiendan “nadar” por un problema de hernia, ciática, lumbalgia… Y la persona simplemente va a una piscina y se apunta a nado libre: practica natación por su cuenta, y ya está. Esto lo he conocido incluso con personas que no tenían formación previa en estilos de natación, con lo cual su técnica seguramente dejaba mucho que desear y podía aumentar el riesgo de agravar su lesión o generar otras nuevas.
¿Ejercicio o tratamiento?
Así que, en líneas generales podemos decir que:
Si ya has practicado natación previamente y tienes una cierta técnica, o bien quieres aprender a nadar con ayuda de un monitor y practicar este deporte, el nado libre con diferentes estilos te ayudará a mantenerte en forma. Es un ejercicio completo y saludable, que relaja cuerpo y mente. Pero hay que tener en cuenta que estamos hablando de sujetos sanos, sin una patología mayor.
Si has sufrido alguna patología (hernia lumbar, accidente de tráfico con latigazo cervical, dolores de espalda…) que ha hecho que tu médico te recomiende practicar natación o tú mismo crees que deberías realizar algún tipo de actividad que trabaje tus músculos de forma completa y sin sobrecargar, mi recomendación es la actividad terapéutica en piscina.
Actividad terapéutica en piscina
Dentro de este tipo de ejercicios, se suele (es requisito imprescindible más bien) realizar una valoración por un médico deportivo. Se que no es lo habitual siempre, pero en muchos polideportivos conozco que cuentan con este servicio. Después se realiza una valoración fisioterápica, por parte de profesionales especializados en el ejercicio terapéutico en piscina.
El objetivo es detectar los problemas para indicar a la persona los ejercicios que puede hacer para mejorar su estado de salud sin comprometer la lesión que ya tiene o exponerse a sufrir otras nuevas.
Pero ¡ojo! que la actividad sea terapéutica no quiere decir que sea suave: los ejercicios se harán a una intensidad alta, buscando la mejora de la condición física. Este tipo de terapia suele incluir tratamientos en grupo, con personas con problemas y características similares.
En un momento dado, cuando la persona mejora de su patología, puede pasar a nado libre o a otro tipo de actividades, donde mantener los beneficios pero siempre sin comprometer la lesión.
Para esto es necesario que el monitor conozca las características de cada persona, para que le busque ejercicios donde pueda trabajar intensamente sin forzar ni aumentar riesgo de lesiones.
Así que mi recomendación es que si tenéis dolor y queréis realizar natación, buscad un lugar (pabellón deportivo público o centros privados) donde cuenten con servicios de estas características, ya que echarse al agua y nadar puede ser bueno, malo o indiferente, dependiendo de las características de la persona (si es novato o no…) y del tipo de problema de salud que tenga.
Fuente: Ejercicios y Fitness