Mirar desde el alma.

La mente es mi propia ventana, por la que miro hacia dentro y fuera de mi. Ahora mismo, en este instante, las nubes, las gotas del riego de Paco, cuidando conscientemente, el jardín de nuestro Refugio, El Dorado, un sahumerio encendido, con fragancias intensas, la calle de arena húmeda ,por la lluvia de la noche.

Todos duermen. En ese silencio de amanecer, los prmieros pensamientos frescos que asoman, son tan livianos, iluminados, sin la sombra del pasado, del ayer.

Cuando despiertes, observa lo nuevo de cada día y en ese día, habrá poesía, escrita desde el cielo de tu mente.

Adriana Paoletta

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