Las diferencias entre el hombre y la mujer en relación a la dependencia al ejercicio

La dependencia de ejercicio ha sido un tema de investigación dentro del mundo de la psicología del ejercicio; muchos han tenido dificultades llegar a una conclusión verídica sobre el tema al ensayar con individuos medianamente activos, hasta ahora se ha sabido muy poco después de investigar sobre las diferencias de género y su incidencia ante un determinado programa de entrenamiento.

Este estudio investigó si puede haber diferencias de sexo en relación a la dependencia de ejercicio o si los cuestionarios usado pueden medir diferentes dimensiones de la dependencia de ejercicio; la investigación se centró en un objetivo que fue demostrar que varias revisiones de la literatura científica sobre la dependencia al ejercicio es errónea acerca de posibles diferencias de sexo.

Gracias a algunos estudios recientes individuales y con medidas multidimensionales han demostrado que los hombres son más dependientes de ejercicio que las mujeres mientras que otros encontraron que las mujeres son más dependientes que los hombres.
Coincidentemente, las diferencias en los hombres se trasladaban a la escala de dependencia del ejercicio (EDS-R) mientras que las mujeres vinculaban sus diferencias en el cuestionario a la dependencia de ejercicio (EDQ).

Aquí se investigó si puede haber diferencias reales de sexo en la dependencia de ejercicio o si los cuestionarios pueden medir diferentes dimensiones de este factor interesante y pocas veces discutido; en el estudio se trabajó con 193 voluntarios que hacían ejercicios regularmente y que completaron el cuestionario (EDQ), midiéndose además la escala de dependencia según iba realizándose el ensayo (EDS-R) y se añadió una sub-escala a la cual llamaron obsesión por el adelgazamiento (DFT).

Las escalas EDS-R mostraron que los chavales se ubicaron significativamente en un mayor índice que las chicas en relación al retiro, la continuidad, la tolerancia, la falta de control, el tiempo, y la sub-escalas de intención de efectos del entrenamiento sobre sus físicos.

En cambio las sub-escalas EDQ mostraron que las chicas tuvieron significativamente mayores índices que los chavales en relación a la interferencia, disfrutar de las recompensas positivas del entrenamiento, el retiro, y lo más destacable fue las razones sociales que las impulsan a entrenar.

La conclusión sería que los hombres dependen mucho más que las mujeres dentro de la escala EDS-R, pero las mujeres dependen mucho más que los hombres dentro de las escalas EDQ y las puntuaciones DFT dejando así una brecha contínua de cuestionamientos sobre la orientación de un género u otro.

El EDQ y EDS R-fueron seleccionados porque son las medidas más utilizadas y psicométricamente probada en forma multidimensional en relación a la dependencia de ejercicio, pero también fueron elegidos porque existe una evidencia cierta a la fecha basada en experiencias de un siglo donde la tendencias de género pueden estar bien marcada.

Las chicas desarrollan su instinto de entrenar para sentirse plenas dentro del ambiente social.

Los chavales definitivamente entrenan para atraer a las chicas y sentirse como mounstros sobre todo en el verano.

Las chicas entrenan visando sobre todo su perfil de adelgazamiento y los hombres visando la cantidad de músculos que rellenarán sus físicos.

Las chicas tienden generalmente a seguir un ritmo más constante que los hombres en función a sus dietas o cuidados cuando se trata de un plan de entrenamiento.

Los chavales son se enfocan más en seguir ciertos resultados comparando sus metas y sacrificios midiendo así los efectos de los ejercicios sobre su fígura; las chicas en cambio no son muy meticulosas con las mediciones pero disfrutan mucho más que los hombres haber conseguido sus resultados.

Los chicas son más coquetas definitivamente al momento de entrenar.

Aunque sea cuestionable esta aseveración del estudio se cita que los hombres miran más el espejo que las chicas al momento de seguir su rutina dentro del gimnasio.

Las chavales tienen un mayor enfoque al levantar las cargas y seguir las repeticiones según el diseño del entrenamiento pero las chicas tienen menos distracciones para seguir sus rutinas.

Los chavales aman los hierros y el aroma del gimnasio, las chicas sin embargo son más recatadas y cuestionan algunas cosas sobre todo lo que tiene que ver con la musculatura.

Las chicas dependen mucho más que los chavales de sus entrenadores o instructores, pero a los chavales les encanta compartir con un compañero el entrenar.

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