Vivir íntimamente ,es un desafío en estos días de prisa y ocupaciones. Poder detener todo hacer ,para darnos al otro, sin ningún otro objetivo, que el sencillo, compartirnos.
Es difícil no eludir la cultura ,de banalización de la pareja, a través de una erotización vacía, de todo goce ,por el simple estar con el otro.
Intimidad, significa ante todo, un encuentro con el adentro de cada ser humano. Con mi propia sensación, de plenitud y de incompletud. Es en lo pleno ,en donde daré lo mejor de mí al otro. Es en lo incompleto ,donde buscaré un puerto ,hacia dónde ir.
El yin y el yang, contienen la semilla de cada uno, en su interior y están simpre mutando, transformándose en ritmos ,que siempre se repiten ,como una melodía siempre bella y conocida.
La pareja, es un sendero, en el bosque de un atardecer: caminas rutinariamente, te pierdes, te refrescas y encuentras los frutos ,que siempre te alegraron y nutrieron. Por eso estás junto él, junto a ella.
Amar ,es crear intimidad , sin la necesidad de nada a tu alrededor , sólo tu y yo, existiendo.
Adriana Paoletta