La fisioterapia en el Parkinson

El pasado 11 de abril fue el día mundial del Parkinson y con motivo de esto, he decidido escribir sobre la fisioterapia en el Parkinson (ya que fue una enfermedad que viví de muy cerca 🙁 ).

La enfermedad de Parkinson es un trastorno degenerativo del sistema nervioso central y constituye la segunda enfermedad neurodegenerativa más común, con una incidencia que seguirá creciendo como resultado del envejecimiento de la población, así como el impacto económico que ello supone.

En España, la enfermedad de Parkinson afecta aproximadamente al 2% de la población mayor de 65 años y al 0,4% de la población mayor de 40 años. Se calcula que, en este momento, hay cerca de 150.000 pacientes, pero dado que las familias son, hoy por hoy, quienes soportan el peso de los cuidados en el propio domicilio (en un 87 % de los casos), se puede afirmar que en España hay 150.000 familias que padecen esta enfermedad, lo que representan unas 400.000 personas.

Estas personas y sus familias deben ser conscientes y entender las opciones disponibles, para que puedan tomar decisiones, ya que tienen que planificar y afrontar los retos de reducción de los ingresos y el aumento de los costes sanitarios.

Los cuatro síntomas principales de a enfermedad de Parkinson son temblor en las manos, los brazos, las piernas y la mandíbula o la cabeza; rigidez, o agarrotamiento de las extremidades y el tronco; bradicinesia, o lentitud en los movimientos; e inestabilidad postural o deterioro del equilibrio.

El Parkinson es una enfermedad progresiva que ataca la parte del cerebro que controla el movimiento. En este sentido, la Fisioterapia sólo puede retrasar la progresión de la enfermedad y uno de los aspectos más importantes del tratamiento es el mantenimiento del tono muscular y de las funciones motoras, por lo que es esencial la actividad física diaria.

De este modo, ha insistido en que la Fisioterapia puede ayudar a las personas con Parkinson a mejorar su movilidad y flexibilidad, así como mejorar la fuerza corporal para que la persona esté menos incapacitada.

La Fisioterapia, respecto al fortalecimiento muscular y su tonificación para someter a los músculos rígidos y poco usados a un rango completo de movimiento, también pretende mejorar el equilibrio, ayudando a minimizar los problemas de la marcha. Por tanto, la Fisioterapia es útil para la rigidez, la postura, el equilibrio y de ayuda a los pacientes para levantarse de una silla o de la cama.

Aunque los programas estructurados de ejercicios ayudan a muchos pacientes, también es beneficiosa una mayor actividad física general como caminar, hacer jardinería, nadar y usar máquinas para hacer ejercicios. Si la atención fisioterápica ocurre en una etapa temprana puede ayudar a preparar el organismo para lo que será un proceso degenerativo, ha subrayado.

Asimismo, la Fisioterapia también puede mejorar el bienestar emocional de las personas con Parkinson y la síntesis de dopamina en el cerebro, así como aumentar los niveles de compuestos beneficiosos llamados factores neurotróficos en el cerebro.

La Fisioterapia no está ampliamente disponible por una falta de conciencia de sus beneficios y consideran imprescindible apoyar iniciativas que aseguren que las personas con Parkinson reciban igual acceso a cuidados de calidad y especializados, reducir las desigualdades en el tratamiento del Parkinson, así como definir las prioridades de investigación y mejorar su financiación.

Además, apuesta por conseguir una mayor conciencia pública y profesional del Parkinson, minimizar el estigma y la discriminación, reforzar el nivel del cuidado neurológico en el sistema de salud y proporcionar recursos adecuados para apoyar la continua labor de las organizaciones nacionales de Parkinson.

Fuente: Fisiocatessen

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