Los investigadores compararon los efectos agudos y a largo plazo de un régimen sin descanso a aquéllos periodos con descanso. Los sujetos que realizaron ejercicios de alta intensidad y sin descanso experimentaron un incremento de 13% en masa muscular, comparado al grupo con prolongados periodos de descanso.
Interesantemente, ambos grupos desarrollaron el mismo volumen de ejercicios, la única diferencia estuvo en la mayor intensidad al no descansar.
No es una sorpresa que mucha gente que pasa más tiempo hablando que entrenando luzca igual al final de un año.
Otro estudio examinó las adaptaciones en contracciones musculares intermitentes (prolongados periodos de descanso) y continuas (cortos periodos de descanso). Los sujetos entrenaron ambas piernas con un mismo peso, la única diferencia era la duración del periodo de descanso.
La pierna derecha se entrenó con contracciones en conjunción con periodos de descanso intermitente para reducir el estrés metabólico. La pierna izquierda (contracciones continuas) se entrenó sin periodos de descanso.
Ambos protocolos se entrenaron a 70% de contracción isométrica voluntaria máxima. El aumento en la fuerza isométrica fue mayor en el entrenamiento de pierna continuo que en el intermitente. Además, la pierna que se entrenó con cortos periodos de descanso ganó más masa muscular que aquélla entrenada con periodos prolongados de descanso.
Los descubrimientos antes mencionados sugieren que los factores relacionados a los grandes cambios durante ejercicios de alta intensidad, alto lactato, alta hormona de crecimiento, alto IGF-1 y productores de testosterona, traen como resultado un mayor incremento en la masa muscular.
Puede ser que la combinación del estrés metabólico agudo y las respuestas hormonales a ejercicios de cortos periodos de descanso lleven a un aumento agudo en hormona de crecimiento y testosterona, lo que provee un ambiente más anabólico para el crecimiento muscular.
Fuente: FISICOCULTURISMO TOTAL