Durante todo el año estamos practicando deporte e intentando que nuestro cuerpo se adapte a lo que estamos buscando y que llegue a conseguir las metas que nos marcamos. Esta lucha constante en verano se frena y es que la gran mayoría dejamos de entrenar cuando estamos de vacaciones. Este descenso de actividad aterra a muchos que temen el regreso a los entrenamientos, y es que un cuerpo acostumbrado a los entrenamientos enseguida se recupera.
Por ello queremos ver lo que sucede cuando no hemos entrenado durante todo el verano.
En los meses de verano, cuando estamos de vacaciones no nos apetece cargar con las responsabilidades que tenemos el resto del año. Lo que queremos es desconectar por completo de nuestras obligaciones y centrarnos en el placer de disfrutar de no hacer nada. Por este motivo la gran mayoría de los que acudimos al gimnasio dejamos de entrenar en vacaciones. Es tiempo es un momento de descanso para el cuerpo, que como tal tiene una serie de ventajas.
Antes de nada, y como premisa debemos tener presente que el descanso es esencial a la hora de conseguir un correcto desarrollo muscular. Por este motivo el parón vacacional nos ayudará a reponer fuerzas y sacar a los músculos de la rutina que veníamos llevando antes de las vacaciones y a la que la mayoría de nosotros nos estábamos acostumbrando. De este modo podemos volver a retomar la rutina donde la dejamos pues los músculos se verán sorprendidos y lograremos muy buenos resultados.
Es necesario que sepamos que los músculos al pasar casi un mes parados no tendrán la misma fuerza ni el mismo estado que cuando nos fuimos, por ello es necesario que retomemos los entrenamientos poco a poco, pues no solo no podremos ejecutar las rutinas al mismo nivel que cuando nos fuimos, sino que además podemos sufrir una lesión si no dejamos un pequeño periodo de aclimatación. A pesar de todo, los músculos estarán descansados y listos para afrontar de nuevo los entrenamientos.
Si antes de irnos de vacaciones teníamos una buena forma física enseguida la recuperaremos. En cuanto comencemos de nuevo a entrenar como solíamos hacerlo de manera habitual conseguiremos que los músculos vuelvan a tener su tono habitual. Eso sí, nunca debemos desesperarnos ni ponernos una fecha límite y menos andar con prisas para recuperarnos cuanto antes, sino que es importante que seamos cautos y sepamos escuchar a nuestro cuerpo para saber hasta dónde podemos llegar sin hacernos daño.
Después de este periodo al acudir relajados a entrenar lograremos que los músculos respondan mejor a los estímulos que van a recibir de nuevo. Por este motivo es importante que sepamos aprovechar este parón que hemos realizado para comenzar de cero y adoptar una rutina que se adapte a la perfección a nuestras necesidades. A esto debemos sumar la correcta realización de cada ejercicio y con ello el máximo aprovechamiento de los ejercicios para conseguir crecer de la manera que andamos buscando.
Fuente: Fisicoculturismo y Fitness