Cuando hace ya un año comencé a practicar yoga no podía imaginar el vuelco que daría mi vida, lo que comenzó como un intento de recuperarme físicamente ha significado un gran cambio a todos los niveles. He recibido mucha ayuda de personas fantásticas, también ha habido una buena dosis de valentía por mi parte.
La conclusión a la que por ahora he llegado se resume en “ser buena persona y ayudar a los demás”. Para mí no tiene sentido el camino que sigo sin estas dos premisas.
Mucha parte de mi vida ha transcurrido en la senda del “recibir”, sin apenas “dar”, siendo ya hora de ponerme las pilas y comenzar a ayudar a la gente que tengo más cercana.
Para nada tengo el objetivo de arreglar el mundo, tampoco me voy a dejar al “dolce far niente”, elijo el camino medio (como Buda). Pienso que ayudando a los más cercanos nos movemos hacia el objetivo, de poco a poco, arreglar con amor y compasión este maltrecho mundo.
Y como ayudar, una de las oportunidades me la están dando desde Yogasala, poco a poco me he ido involucrando en las actividades que Joaquín y compañía realizan. Tengo tiempo y me gusta darme cuenta que sirvo para algo.
La Yogasala es un lugar especial, de una gran energía, en ella nos encontramos personas en proceso de búsqueda. Yo me siento como en casa, que digo, mucho mejor que en casa. Un lugar donde se realizan multitud de actividades que unen a personas de diversos ámbitos en proceso, muchos de ellos, de crecimiento personal. Y es ahí donde creo que puedo prestar mi ayuda desde los trabajos más elementales hasta dando pequeños consejos.
Actualmente la idea principal que ronda mi cabeza es como prepararme para ayudar de la mejor manera posible, me gustaría en un futuro poder dar clases de yoga, para ello tengo que hacer cursos de formación, mejorar mucho en la práctica ya que tengo serias dificultades en algunos tipos de asanas, pero sobre todo conocer la psicología humana para desde el máximo respeto lograr la empatía.
Sentir como una serie de personas confían en mí es una sensación nueva, pero está claro que esta es mi oportunidad y aunque en ocasiones sienta un miedo cerval ante lo que se me avecina y mi “ego” me eche para atrás, estoy seguro que es la actitud acertada.
Este post es también para volver a agradecer a aquellas personas que confían en mí, sin ellos difícilmente hubiera logrado estar donde estoy. Espero no defraudarlos. Un inmenso metta (agradecimiento) para ellos.
Que todos los seres sean felices, que todos los seres alcancen la paz, que todos los seres se iluminen, luz en la mente, paz en el alma, Om Shanti.
Fuente: Yoga Sala Málaga