El yoga es una disciplina milenaria que en el mundo moderno viene ganando cada vez más
adeptos por sus beneficios para reducir el estrés. Pero ahora comprobaron que no sólo sirve para
“bajar un cambio”, sino que por primera vez lograron demostrar que tiene un impacto positivo en
el tratamiento de los pacientes con cáncer.En el congreso de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO, según las siglas en inglés), en Chicago, se presentó ayer el estudio más grande hecho hasta ahora sobre el yoga en
pacientes oncológicos.
Evaluaron a 410 personas que habían sobrevivido a cánceres en estadíos tempranos –
mayoritariamente mujeres con tumores mamarios– que habían manifestado problemas de sueño
entre dos meses y dos años después de finalizado su tratamiento. La mitad siguió durante un mes
un programa de yoga diseñado especialmente para pacientes oncológicos y los resultados fueron
muy positivos: pudieron dormir mejor y tuvieron menos fatiga. En general, redujeron también el
uso de drogas para dormir y mostraron una mejora general en su calidad de vida . “Muy pocos
tratamientos para los problemas de sueño y la fatiga que experimentan los pacientes con cáncer
funcionaron bien por un período prolongado de tiempo.
Estos resultados apuntan a una terapia simple y no farmacológica que los médicos pueden
recomendar a sus pacientes”, afirmó Karen Mustian, profesora asistente de oncología radiológica
y medicina comunitaria en el centro médico de la Universidad de Rochester, Estados Unidos, quien dirigió el estudio presentado. Los problemas de sueño se cuentan entre los efectos adversos más frecuentes en este tipo de pacientes. El 80% tiene dificultades para dormir
durante el tratamiento y el 65% las mantiene una vez que la terapia termina. Otro estudio realizado por parte del mismo equipo de especialistas, que se publicó en noviembre en la revista Journal of Clinical Oncology, había alertado que el insomnio afecta tres veces más a las personas que están recibiendo quimioterapia .
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¿Cómo puede el yoga combatirlo? Esta disciplina trabaja en tres planos. En el físico, los ejercicios
posturales ayudan a una mayor elongación y tonicidad. Pero también, afirman sus promotores,
permite relajar la mente y mejorar la capacidad intelectual, al tiempo que equilibra las emociones.
Los participantes del estudio siguieron un programa especial que se llama YOCAS (por las siglas
en inglés de Yoga para Sobrevivientes del Cáncer). Tomaron clases de 75 minutos, dos veces por
semana, durante un mes.
Las clases se basaron en pranayamas (ejercicios de respiración), 18 tipos de asanas (las
diferentes posturas) y en la meditación. Al finalizar la investigación, el 31% había logrado dormir
mejor, contra el 16% de los que sólo tuvieron monitoreo médico. El 20% de los que estaban
tomando pastillas para dormir dejaron de hacerlo y el 44% tuvo menos fatiga.
Además, el 6% reportó una mejora general en su calidad de vida, mientras que ninguno de los
integrantes del grupo de control lo hizo.
“Estamos identificando nuevas maneras de ayudar a los pacientes mientras siguen su
tratamiento”, dijo optimista Douglas Blayney, presidente de ASCO. V
06/06/2010 – Clarin – Buenos Aires