Entre la amplia oferta de cuidados para la salud que nos asaltan por los cuatro costados cada día hay una que está cobrando mucha fuerza en los últimos años: se trata de la oferta de centros wellness o cuidado integral de la salud. En estos centros, además de máquinas de fitness y clases colectivas, los clientes pueden disfrutar de cuidados específicos para el cuerpo como sauna, baño turco, termas, etc.
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Hasta aquí todo bien: no me parece mal integrar todos los cuidados del cuerpo ya que es algo que siempre hará bien a los beneficiarios. Ahora bien, el problema, desde mi punto de vista, llega cuando fitness y wellness no se integran correctamente. Me refiero a que no es lo mismo un centro de amplias dimensiones donde disponemos de actividades dirigidas al ejercicio físico y a la relajación, que un gimnasio tradicional en el que tienen un cuarto de dos metros cuadrados con vapor, y que te venden como «centro wellness».
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Un centro de fitness y wellness tiene que tener unas características determinadas, como por ejemplo grandes dimensiones que permitan integrar las instalaciones de las dos disciplinas, variedad de actividades tanto de fitness como de wellness y, sobre todo, profesionales formados y capacitados en los dos campos.
Personalmente, yo al gimnasio voy a entrenar, y jamás de los jamases utilizo la «sauna» que hay en el vestuario. El día que me quiera relajar me iré a un centro wellness en condiciones donde pueda pasar la tarde entre la piscina de agua caliente, la de agua fría, el baño turco, tratamientos de mesoterapia, cromoterapia, chocolaterapia y una sauna en condiciones. Yo soy de las de «cada cosa en su sitio y en su lugar», y no soy muy partidaria de mezclar conceptos distintos, a no ser que se haga muy bien.
Y vosotros, ¿qué pensáis de esta integración? ¿la realizan correctamente en los centros que conocéis?
Fuente: Lady fitness