El masaje es tanto un arte como una ciencia, en cuanto a arte posee una parte técnica, viva y por ello en constante cambio y adaptación. Sus beneficios han llegado hasta nuestros días evolucionando desde las técnicas más simples para proporcionar relajación, hasta el desarrollo específico para aliviar o eliminar dolencias concretas del cuerpo o del organismo. Técnicamente, es un método de tratamiento manual aplicado sobre la cubierta corporal y trasmitido por la presión mecánica de las manos a los diferentes órganos del cuerpo humano. Según la indicación y los objetivos de tratamiento propuestos, se pueden lograr efectos: Mecánicos, Fisiológicos, Preventivos Terapéuticos, y Estéticos.
El masaje mejora la circulación de la sangre y aumenta su capacidad de transportar oxígeno; y el flujo de la linfa, al provocar reflejos vasodilatadores. Esto ayuda a llevar nutrientes a las células y a eliminar impurezas, como las células muertas en la piel, permitiendo mayor oxigenación y estimular la regeneración celular, y eliminar también sustancias tóxicas.
Ayuda a liberar sustancias llamadas endorfinas que nos dan una sensación de bienestar y ayudan a combatir el dolor, reducir el estrés, combate el cansancio o agotamiento y produce un efecto sedante al actuar sobre las terminaciones nerviosas y un efecto relajante en los músculos, ayudando a éstos a mantener su flexibilidad.
Cuando se combina con una dieta equilibrada y con ejercicio, el masaje ayuda a restaurar el contorno del cuerpo y a disminuir los depósitos de grasa
Cada día más, los médicos y otros profesionales de la salud recomiendan el masaje para aliviar problemas tales como sinusitis, artritis, alergias, dolores de cabeza, lesiones deportivas, así como otras muchas más dolencias.
Cuando requiera de un buen masaje, busque siempre a un profesional de la materia, una persona que sepa hacerlo, pues un masaje es algo serio, algo necesario, algo específico que necesita la persona que lo requiere.
Fuente: WELLNESS PERSONAL