¿No te motivan las clases colectivas tipo Body-Pump o Body Combat? ¿Te da pereza subirte a la bicicleta de spinning? ¿No te acercas a la zona de peso libre? Si vas al gimnasio buscando diversión, pasar un buen rato y socializar, quizás una de las mejores opciones sean las clases de baile.
Ahora quién – Marc Anthony (salsa version)
Las clases de baile en los gimnasios, lejos de las rígidas lecciones ofrecidas por las academias, nos ponen en bandeja la oportunidad de divertirnos mientras nos movemos: disciplinas como el funky o los ritmos latinos ofrecen a muchas personas un plus de motivación a la hora de ir al gimnasio.
Desterrad los tópicos de que a estas clases sólo va gente joven que ya tiene una buena base de baile: en mis clases cada día veo más diversidad de géneros, edad y nivel. No se trata de aprender perfectamente los pasos de salsa, sino de pasar un buen rato poniendo el cuerpo en movimiento acompañados de músicas bailables y pegadizas. Dejad de lado las vergüenzas, porque nadie nace sabiendo: todos hemos tenido que pasar por la fase del aprendizaje, que puede resultar más o menos costoso, pero siempre merece la pena.
Desde mi punto de vista, las clases de baile en un gimnasio deben estar destinadas a hacer que los alumnos despierten del letargo a través de una actividad que les gusta, y que puedan poner en práctica fuera del gym: en mis clases siempre digo que venimos a divertirnos y a ver qué podemos aprender para presumir en la disco el próximo fin de semana. Pasos básicos y sencillos, músicas actuales o clásicos muy conocidos y mucha energía para unas clases muy demandadas por el público.
Y vosotros ¿cómo lleváis el tema del baile?
Fuente: Lady fitness