El entrenamiento de musculación regula el equilibrio de nitrógeno

Hay estudios que vinculan la cantidad de proteínas necesarias para mantener un balance de nitrógeno en cero pero desarrollando las conclusiones con individuos que realizaban ejercicios de resistencia incrementando así las estimativas; esas investigaciones también examinan el punto de cuando se ingiere más proteínas que la necesaria inclusive por personas que realizan ejercicios con pesas.

En este artículo discutiremos el análisis sobre la incidencia del entrenamiento de musculación en un rango anaeróbico sobre el equilibrio de nitrógeno; los ejercicios de musculación conducen según los niveles de intensidad a un déficit calórico para perder grasa corporal manteniendo la masa muscular o perder menos músculos cuando la persona se encuentra en condiciones de déficit calórico.

Cuando hay un déficit calórico las personas normalmente pierden tanta grasa corporal como músculos para atender a las necesidades calóricas.

Aproximadamente 25% de la masa corporal magra es perdida en individuos sedentarios y 33% o más en individuos que realizan ejercicios de resistencia.

En muchos estudios se cita que la práctica de musculación tiene el potencial para conducir ese porcentual a bajos porcentajes o a cero, o incluso llevar a una ganancia de músculo si el déficit calórico es muy pequeño.

El caso de los niños

Uno de los motivos están relacionados con el desarrollo de los niños y la variación de la regulación del apetito espontáneo en respuesta a varios tipos de ejercicio;

La primera razón puede ser resumida así; es muy raro que los niños entren en balance nitrogenado negativo (Brooks et al, 2005.) aún cuando están bajo algún déficit calórico no extremo.

Resulta también extraño que los niños entren en balance nitrogenado negativo, aún cuando su consumo diario de proteína sea inferior a 0,5 g por kg de peso corporal.

Tanto en niños o niñas hay una mezcla hormonal que hace que el cuerpo se encuentre en estado anabólico aún cuando exista un déficit calórico o una baja ingesta de proteína que promueven un estado catabólico; en cierto sentido los tejidos de los niños están siempre con apetito orientado a sus bloques de construcción muscular y no los abandonan muy fácilmente.

El caso de los atletas

La segunda razón es una variación interesante en los patrones de regulación del apetito espontáneo en varios atletas; el incremento del apetito es generalmente más bajo para los que practican deportes de fuerza que para los que realizan actividades de resistencia.

El aumento espontáneo para los culturistas está entre los más bajos dado que permanecer en un estado catabólico tiende a tener un fuerte efecto sobre el apetito; en este sentido los patrones del entrenamiento con pesas realmente contribuye a posicionarles en un estado anabólico.

La duración del efecto es de aproximadamente de 48 horas; se espera algún aumento del apetito porque el consumo de calorías se incrementa durante y después del entrenamiento con pesas pero se vuelve a balancear por el inicio de un estado anabólico.

Una manera de comprender lo que está aconteciendo es pensar en términos de adaptación compensatoria; el entrenamiento con pesas si es hecho correctamente dice al cuerpo que necesita de más proteína muscular y un déficit calórico a corto plazo indica al organismo que la oferta de alimentos es limitada.

La respuesta del organismo a corto plazo es mantener la masa muscular como le sea posible y usar la grasa corporal para suministrar la energía que el cuerpo necesita; si bien a largo plazo esto no es perceptible entonces consideraremos un ensayo de un ciclo de dos días donde se entrena el primer día y se descansa el segundo.

Un exceso de proteínas y calorías el primer día llevaría a una ganancia tanto de masa muscular como de grasa corporal.

Un déficit el segundo día llevaría a la pérdida de grasa corporal pero no a la pérdida de masa muscular si el déficit calórico no es muy radical.

Se pierde más grasa corporal el segundo día en comparación al día de entrenamiento con pesas.

De esta forma se puede ganar músculo y perder grasa corporal a la vez, que es lo que parece haber acontecido con los participantes del estudio Ballor et al. (1996); aquí se logró que se mantenga la masa muscular y perder grasa corporal con un déficit calórico un poco mayor sin entrar a un balance nitrogenado negativo ya que esto podría hacer perder músculo y grasa corporal como muchas veces acontece con muchos culturistas en fase de definición pre-competición.

En cierto sentido el aumento de la síntesis proteica estimulada por el entrenamiento de fuerza es análogo aunque mucho menos fuerte que el aumento en la síntesis proteica estimulada por el proceso de crecimiento en los niños.

Scroll al inicio