Desde el punto de vista de la fisiología y nutriciòn, entrenar en ayunas inicia un proceso de catabolismo muscular (se pierde músculo) por necesitar más energía de la que nuestro cuerpo dispone y recurrir a las proteínas como fuente de la misma. Así pues, entrenar en ayunas se convierte en un arma de doble filo, ya que puede significar: quemar grasas, pero también puede resultar muy nocivo y comprometer la salud. Además, consideraciones adicionales pueden justificar que es mejor entrenar después de haber desayunado ya que, cuando nuestro cuerpo no tiene sustratos y es sometido a un gasto calórico, el metabolismo asume que estamos en época de escasez y pone en marcha un “plan de ahorro” (aumentar más grasa) Por lo que, cuando regresemos de correr o entrenar con pesas y desayunemos, absorberá aún más los nutrientes que aportemos en la dieta. Esto puede llevarnos a comer más de lo que realmente requerimos cuando desayunamos después del esfuerzo.
Entrenar en ayunas permite quemar más grasa?
Desde el punto de vista de la fisiología y nutriciòn, entrenar en ayunas inicia un proceso de catabolismo muscular (se pierde músculo) por necesitar más energía de la que nuestro cuerpo dispone y recurrir a las proteínas como fuente de la misma. Así pues, entrenar en ayunas se convierte en un arma de doble filo, ya que puede significar: quemar grasas, pero también puede resultar muy nocivo y comprometer la salud. Además, consideraciones adicionales pueden justificar que es mejor entrenar después de haber desayunado ya que, cuando nuestro cuerpo no tiene sustratos y es sometido a un gasto calórico, el metabolismo asume que estamos en época de escasez y pone en marcha un “plan de ahorro” (aumentar más grasa) Por lo que, cuando regresemos de correr o entrenar con pesas y desayunemos, absorberá aún más los nutrientes que aportemos en la dieta. Esto puede llevarnos a comer más de lo que realmente requerimos cuando desayunamos después del esfuerzo.